lunes, 19 de mayo de 2008

SENTIDO COMÚN


¿Es justo tomar bebidas alcohólicas en funerales?

Por Feliciano Liranzo

El alcohol altera los sentidos. Cuando el alcohol entra a los fluidos sanguíneos y llega al cerebro, actuamos diferentes, como si fuéramos otra persona. Estamos borrachos o tenemos alto contenido de alcohol en la sangre que a veces, sin estar borrachos, nos hace que actuemos diferentes.

Bajo la influencia del alcohol cometemos torpezas, errores, podemos perder el sentido del humor, ofendemos a los demás, subimos el tono de la voz, sufrimos enojos. Y nada de lo anterior, contribuye a aliviar la situación de las personas a las cuales acudimos cuando se le muere un miembro de su familia.
No queremos que al dar un abrazo de apoyo a un amigo que haya perdido a un ser querido, por ejemplo, dejar una mala impresión producto del olor desagradable que queda al ingerir ron o cerveza. Es una falta de respeto.
¿Y saben por qué tomar alcohol en lugares que merecen el debido respeto, como la muerte de una persona, no es censurado por muchos? Porque se ha convertido en una costumbre generalizada, en una mala y desagradable costumbre.
Los ambientes funerales no son para hacer celebraciones alegres. Son situaciones inesperadas revestidas de dolor, porque alguien cercano a usted perdió a uno de sus seres amados. Y por lo tanto merecen su apoyo.
Queremos ser reconocidos en el mundo como un pueblo humilde, amable, solidario, amigable, sociable y todas las demás características que se derivan de la hospitalidad.
No queremos ser reconocidos en otras latitudes por ser personas que toman alcohol en los velatorios o en los rezos. Para eso están las fiestas o encuentros de amigos en las casas.
Las actividades funerales no son celebraciones alegres, son hechos revestidos de dolor por la pérdida de un ser querido, que se han marchado físicamente y por lo tanto merecen respeto y consideración.
Pareciera como si deseáramos que alguien falleciera para ir a formar una bebedera en el lugar del velatorio o cualquier actividad relacionada. ¡Qué descaro!
¿Es una muestra de apoyo tomar bebidas alcohólicas en situaciones tan difíciles para los familiares afectados por el luto? Definitivamente no. Por el contrario, es una falta de educación y de moral ante nuestros semejantes.
Como dice una verdad bíblica, ‘todo tiene su tiempo...’ Y el tiempo para tomar y celebrar no va con las personas enlutadas, por eso desde ahora, vayamos separando estas dos acciones opuestas, que por ende son inversamente proporcionales.
Y que conste, no estoy diciendo que no tome. Lo que quiero es pedirle por favor, que evite hacerlo en estas circunstancias de dolor. Es que tomar no es malo, si se hace prudentemente, para no herir a terceros.
Y si no podemos dejar las bebidas alcohólicas en estos eventos penosos, entonces debemos reconocer que tenemos un problema y que necesitamos ayuda. Pero, tratar de actuar como que esto es algo normal, no tiene justificación alguna.
Quizás muchos que practican estas acciones, van a estar en desacuerdo con mi posición al respecto. Pero, creo que otros dejarán de practicar tales hechos que deshonran las personas y dice mucho de nuestras malas actuaciones.

Un Caso Penoso
A veces nos comportamos como si fuéramos a pasar desapercibidos. ¡Negativo! Porque en mi mente están frescas, las imágenes de personas de mi pueblo bebiendo ron y cerveza en el rezo de quien fuera un excelente amigo en vida. Me refiero al señor Aníbal Abreu (NIBO), quien falleciera en un trágico accidente automovilístico.
Esto pasó en su residencia de la capital dominicana por allá por el año de 1998 o 1999 si mal no recuerdo. A tres casas donde se celebraba el rezo, había un colmado y estaba repleto de personas ingiriendo alcohol. De este hecho han pasado unos nueve o diez años, pero a mí no se me ha borrado de la mente, porque lo consideré incorrecto. ¿Es esto un gesto de amistad y solidaridad?
Dejemos, por favor, las bebidas alcohólicas lejos de los funerales o actividades relacionadas con la muerte de una persona. Respetemos el dolor ajeno, el inmenso dolor que produce, la partida involuntaria de un ser querido.
*(Ilustración: Nelson Resto)
(Su comentario a hondovallesur@hotmail.com)

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