viernes, 18 de julio de 2008

VERDOLAGA


¿Quién debe cuidarse de quién?

Hermoso paisaje de Hondo Valle, un excelente hábitat para los inofensivos reptiles, que se alimentan de mosquitos, y algunas plagas que dañan la agricultura. (Foto: Hova Imagen).

Por: Dionicio Liranzo
En mi pueblo natal, Hondo Valle, un acogedor y paradisíaco municipio fronterizo de la provincia de Elías Piña, hace muchos años, tuve la oportunidad de ver un episodio, que aunque yo estaba muy pequeño se grabó en mi mente para siempre.


Apareció un lagarto de más o menos diez pulgadas de largo. Estaba sobre un palo seco de unos seis metros de alto, al lado de una regola adyacente al pequeño río que atraviesa este hermoso pueblecito; el pequeño reptil sólo trataba de solearse. Un jovencito detectó la presencia de aquel “monstruo”, y dio la voz de alerta gritando “¡un camaleón..., corran, mátenlo!”,
Una gran muchedumbre se reunió artillada de piedras y abrió fuego hasta tumbar y rematar el lagarto. ¡Es un camaleón!, decían unos; ¡no, es un salta cocote!, decían otros. La verdad es que se trataba de un hermoso lagarto que quizás creció un poco más que los de su especie. Aquel lagarto fue victima de una creencia equivocada que por generaciones ha mantenido el pueblo dominicano. Siempre hemos tenido cierto terror a los reptiles; pero estos seres vivos maravillosos hacen un hermoso papel en la naturaleza, y es justo que saquemos de nuestras mentes las creencias equivocadas y a veces mitológicas acerca de los ellos.
El término reptil viene de la palabra “Reptos” y se refiere a los animales que se trasladan de un lugar a otro con la panza muy cerca o pegada del suelo. Todos los reptiles tienen el cuerpo cubierto de escamas; es decir, pequeñas y duras placas que cubren la piel.
La piel de algunos reptiles no resulta atractiva a la mayoría de los seres humanos, ya que presentan un aspecto agresivo. Tal es el caso de las serpientes, que tienen una mirada fija y penetrante, debido a que no tienen párpados. Esto junto a algunas leyendas y mitos ha desarrollado una creencia falsa de que todos los reptiles son dañinos y que atacan al hombre.
NO ES CIERTO QUE EXISTA UN LAGARTO LLAMADO “saltacocote”, que salta al cuello de las personas, se queda pegado y que solo se despega con fuego. Tampoco es cierto que haya serpientes hipnotizadoras que enamoran a las mujeres, que vuelan o que persiguen a la gente.
Se habla también, de serpientes "astutas", que, aprovechando la noche y el sueño, se toman la leche de las mamás y "engañan" a los bebés utilizando su cola como un bobo o chupón. Nada de eso es cierto.
La Santa Biblia destaca el artificio que utilizó Satanás para engañar a Eva presentándose coma una serpiente; pero Jehová , un Dios que es Amor, jamás maldeciría a todas las serpientes del planeta.
Los reptiles son animales de sangre fría, esto significa que el calor de sus cuerpos depende del calor del medio; o sea, a diferencia de nosotros, los reptiles no tienen un sistema propio para regular la temperatura corporal. Por eso, siempre andan buscando el calor cuando hace frío y el fresco cuando la temperatura es muy alta. Por eso, también, prefieren las regiones tropicales o templadas ya que en ellas hay menos variaciones de calor. A pesar de eso, la mayoría de reptiles que aparecen en nuestro país son pequeños lagartijas, culebras y tortugas, que ninguna de estas especies resulta peligrosa para nosotros. En algunas áreas del país habitan iguanas y caimanes que solo atacan al hombre si sienten en peligro o acorralados.
TODOS LOS REPTILES son útiles a la humanidad; por ejemplo, con el veneno de las serpientes se fabrican antídotos y medicinas. La carne y los huevos de las tortugas nos sirven de alimentos, mientras que su caparazón y su piel se emplean en la industria.
En muchos países se consume carne de serpientes y de lagartos. Además, la piel de las serpientes, de los grandes lagartos, de los cocodrilos, y de los caimanes fue muy estimada en la industria de calzados, correas, carteras y otros artículos peleteros, que gracias a la invención de las pieles sintéticas, ya no es necesario cazar esos reptiles.
A veces encontramos lagartijas de diferentes especies cerca y hasta dentro de nuestra casa en plena faena de cacería de cucarachas, moscas, mosquitos y otros insectos, pero estos son pequeños reptiles inofensivos que huyen ante la presencia de las personas.
Los agricultores valoran mucho la presencia de las serpientes en sus sembradíos, pues Saben que estas protegen las cosechas al devorar ratas, ratones, cucarachas y otras plagas.
LOS REPTILES NO SON MOSNTRUOS. Son criaturas de la naturaleza, que como todos nosotros cumplen importantes misiones. Conociéndolos bien, los comprendemos y nos daremos cuenta de que hay que cuidarlos y estimarlos.
Los humanos debemos recordar que, así como nunca se ha visto a un tiburón atacar a una persona fuera del agua, muy rara vez se verá a un reptil fuera de su habitad atacando a una persona. Una boa venenosa difícilmente se encuentre en una zona urbanizada y si lo hace, inmediatamente tratara de esconderse y volver a su medio ambiente.
No somos nosotros quienes debemos cuidarnos de los reptiles, son ellos los que increíblemente, deben cuidarse de nosotros.

Nota: Este trabajo fue publicado también, en la interesante revista hainera "IMAGEN DE LA CANTERA".

(Tu comentario a hondovallesur@hotmail.com)

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