POR BLAS LIRANZO LORENZO
De seguro que cuando vieron el titulo de esta entrega le llegó a la mente quizá un personaje político, pero los que así pensaron están equivocados, porque se trata de un personaje pintoresco que en la década de los años 70s. fue muy popular en Hondo Valle.
Me refiero a Hipólito, mejor conocido como El Ciego. Ese señor, oriundo del municipio de El Llano de la provincia Elías piña, tal parece que tenía familia en Hondo Valle ya que se aparecía, duraba un tiempo en el pueblo y luego desaparecía y así sucesivamente.
Hipólito era un ciego peculiar, ya que hacía cosas que realmente no eran comunes en personas no videntes, caminaba en las calles que nadie decía que no veía, en lugares adecuados hacía fuego, preparaba un fogón y hacía su comida. Esta consistía mayormente en sancochar guineos o bananas verdes, mejor conocidos en HV como quiquilos, también preparaba huevos, harina, entre otras cosas.
El ciego era una persona pacifica para el que lo sabía comprender, con un sentido del humor que hacía reír a cualquiera, ¿Qué persona de esa época no gozó las ocurrencias del ciego?. El era hasta medio poeta, te sacaba una décima de cualquier conversación sea seria o en chercha. Muchas personas en el pueblo los querían y le daban alimentos y otros objetos de utilidad para él.
Ahora bien, el ciego tenía momentos que nadie quería verlo cerca y era cuando estaba enojado, las piedras que tiraba con una fuerza descomunal que poseía mandaban a cualquiera al campo santo o al hospital. Esas piedras iban en cualquier dirección y la gente se refugiaba como podía para no ser alcanzado.
Usted se preguntará el porqué esa situación del enojo del ciego y la respuesta es sencilla, en todas las épocas hay personas que gozan con el malestar del otro y en pleno parque comenzaban a halarle las barbas o a decirle cosas que sabían que no les gustaban y ahí mismo se armaba la de Troya. Los que hacían esto con mayor frecuencia iba a mencionar algunos, pero no, son amigos que hacían esas cosas por la fogosidad de la juventud, pero no eran personas malas y de seguro hoy no aceptan que sus descendientes hagan algo semejante.
Yo en particular no puedo decir que no gozaba con la situación que se presentaba, pero nunca he sido persona de participación activa en algo semejante, entiendo que es asunto de personalidad y la mía nunca fue ni ha sido compatible con molestar a nadie.
Recuerdo que una ocasión el ciego con su enojo le dio con una piedra a una señora en una pierna .Esta venía de la zona rural, creo que de Los Rincones o de Los Botaos’ y la misma tuvo suerte ya que parece que dicha piedra no fue tirada con mucha fuerza como era normal en el ciego. A la doña la llevaron al dispensario médico de la época y la curaron sin mucha novedad.
Tiempo después se comentó que el ciego se había ahogado en el Rio Caña en la zona de El Llano su pueblo natal, pero éste llegó a ser un personaje pintoresco no solo en su pueblo sino también en Hondo Valle uno de los pocos pueblos del país donde el calor no hace estragos, como lo está haciendo en este verano en Santo Domingo, capital de la República Dominicana.
¿Tienes usted amigo lector alguna anécdota del ciego o de otro personaje pintoresco de HV qué contar? Pues hágalo aquí en
hondovallesur@hotmail.com que es una puerta abierta para todos.
Hipólito era un ciego peculiar, ya que hacía cosas que realmente no eran comunes en personas no videntes, caminaba en las calles que nadie decía que no veía, en lugares adecuados hacía fuego, preparaba un fogón y hacía su comida. Esta consistía mayormente en sancochar guineos o bananas verdes, mejor conocidos en HV como quiquilos, también preparaba huevos, harina, entre otras cosas.
El ciego era una persona pacifica para el que lo sabía comprender, con un sentido del humor que hacía reír a cualquiera, ¿Qué persona de esa época no gozó las ocurrencias del ciego?. El era hasta medio poeta, te sacaba una décima de cualquier conversación sea seria o en chercha. Muchas personas en el pueblo los querían y le daban alimentos y otros objetos de utilidad para él.
Ahora bien, el ciego tenía momentos que nadie quería verlo cerca y era cuando estaba enojado, las piedras que tiraba con una fuerza descomunal que poseía mandaban a cualquiera al campo santo o al hospital. Esas piedras iban en cualquier dirección y la gente se refugiaba como podía para no ser alcanzado.
Usted se preguntará el porqué esa situación del enojo del ciego y la respuesta es sencilla, en todas las épocas hay personas que gozan con el malestar del otro y en pleno parque comenzaban a halarle las barbas o a decirle cosas que sabían que no les gustaban y ahí mismo se armaba la de Troya. Los que hacían esto con mayor frecuencia iba a mencionar algunos, pero no, son amigos que hacían esas cosas por la fogosidad de la juventud, pero no eran personas malas y de seguro hoy no aceptan que sus descendientes hagan algo semejante.
Yo en particular no puedo decir que no gozaba con la situación que se presentaba, pero nunca he sido persona de participación activa en algo semejante, entiendo que es asunto de personalidad y la mía nunca fue ni ha sido compatible con molestar a nadie.
Recuerdo que una ocasión el ciego con su enojo le dio con una piedra a una señora en una pierna .Esta venía de la zona rural, creo que de Los Rincones o de Los Botaos’ y la misma tuvo suerte ya que parece que dicha piedra no fue tirada con mucha fuerza como era normal en el ciego. A la doña la llevaron al dispensario médico de la época y la curaron sin mucha novedad.
Tiempo después se comentó que el ciego se había ahogado en el Rio Caña en la zona de El Llano su pueblo natal, pero éste llegó a ser un personaje pintoresco no solo en su pueblo sino también en Hondo Valle uno de los pocos pueblos del país donde el calor no hace estragos, como lo está haciendo en este verano en Santo Domingo, capital de la República Dominicana.
¿Tienes usted amigo lector alguna anécdota del ciego o de otro personaje pintoresco de HV qué contar? Pues hágalo aquí en
hondovallesur@hotmail.com que es una puerta abierta para todos.
Tengo leves recuerdos de 'el Ciego' y justo ahora leyendo este articulo me entero que su nombre era Hipólito. Pues bien, cuando este personaje vagaba por nuestro querido pueblo, yo apenas gateaba. Mi madre acostumbra a darme salsa de habichuelas con arroz, apostado en una silla en la galeria de la casa y siempre que el diligente ciego pasaba por alli (que por cierto, a la fecha no sé de como se daba cuenta) decia a todo pulmón "Garee, Gareeee.... deme un bocaoooo". Su aspecto misterioso, producía en mi una especie de temor, que Yo sabia disimular con unas risitas y estampidas tras las puertas de la casa...
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