miércoles, 14 de octubre de 2009

EXTRAÑANZAS



El olor de las praderas

POR: FELICIANO LIRANZO
Los olores también forman partes de los recuerdos que una vez vivimos. Aquellos recuerdos perfumados en las praderas de la nostalgia. Aquella aromática nostalgia que una vez visitó el hogar del corazón, y se quedó a residir para siempre…

1.- El olor de los pinos. ¿Quién pudiera olvidarlo, si allí, en el Hondo Valle de mi ayer, estábamos rodeados de ellos?

2.- ¿Quién no extrañaría el olor a té de limoncillo… o de jengibre en una noche de invierno… o en una friolenta mañana, de las que suceden cualquier día del año?

3.- El olor a yerbabuena que riegan su aroma agradable por los caminos de los campos sembrados… rumbo al río.

4.- El dulce aroma de la guayaba silvestre. Esas, que bordean los caminos baldíos y que no necesitamos pedir permiso a nadie para comerlas… aunque con su olor… y el olor de sus hojas mallugadas, son suficientes para sentirse satisfecho con la vida.

5.- ¿Y qué puedo decir del olor de las ciruelas, cuyo árbol frondoso y grande, arropaba la cocina de mi casa?

6.- Y un poquito más allá del patio de la casa, colindante con el patio de la escuela vieja… ¡cómo te extraño oloroso árbol de Caoba! Con tus olores y tu frondosa copa de hojas, significabas para mí, el principio de la primavera amada y fresca.

7.- Si el hinojo no oliera como huele… aquel que perfumaba los montes pequeños por los que de niño corría… mis recuerdos hoy fueran en blanco y negro, inodoros y con un matiz de cansancio, en vez de juegos divertidos.

8.- El olor a guama del Río Caña, invade mis momentos de infancia feliz… allá bien lejos en el tiempo… cuando el agua corría a los pies de un grupo de niños del pueblo, que disfrutaba levantar el agua a sus pasos.
¿Y tú qué extrañas? hondovallesur@hotmail.com

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