martes, 20 de septiembre de 2011

MEMORIAS DEL EMIGRANTE

Un Gas que no se acaba…


La delincuencia y los atracos están a la orden del día en nuestro país y estos son como los servicios públicos de la antigua y famosa Radio Guarachita que “no tenían horas fijas para ser pasados”, en el caso de estos para ser ejecutados. Estos actos delincuenciales pueden ocurrir de noche, de madrugada, por la tarde, por la mañana o a cualquier hora del día.

Leyendo un correo electrónico que me envió el amigo y prestigioso odontólogo Dr. Carlos Gómez, me enteré de una técnica que usan algunos taxistas para robar, que consiste en poner a sonar el móvil y decirle al pasajero que por favor le coja la llamada porque no quieren violar la ley, entonces cuando el pasajero toma el celular y oprime la tecla para recibir la llamada lo que recibe es una descarga eléctrica que lo deja inconsciente y el taxista ladrón aprovecha para robarle todo lo de valor.

Claro, no todos estos trabajadores del volante hacen eso, solo los delincuentes disfrazados e involucrados en esa actividad remunerativa.

Hay que tomar todas las precauciones para no ser víctima de este flagelo que nos está azotando y entregarse a Jehová Dios, que es el único que puede cuidarnos donde sea y a la hora que sea.

Para que noten la magnitud de los robos, le describo uno que ocurrió en nuestro hogar, de un objeto que no es caro, pero esencial para la casa, me refiero a un tanque de Gas.

Les narro cómo sucedió con el objetivo de que tomen toda la precaución en sus hogares, sin importar el valor del objeto, dado que todos son útiles y por tanto hay que cuidarlos.

Sucede que vivo en una tercera planta de un edificio de apartamentos y el sistema de Gas no es común, como sucede con el agua de la cisterna, energía eléctrica para algunos servicios, entre otros. El servicio de gas funciona por tanques individuales, cada quien es responsable de su control, los cuales están ubicados en la primera planta en un área habilitada para esos fines.

En nuestro caso teníamos dos tanques, uno grande de cien libras y otro más pequeño de cincuenta libras. Normalmente cuando uno está lleno el otro está vacío, esto así para siempre estar abastecido de este esencial servicio. Pues sucede que en el tanque grande el gas se estaba agotando y mi esposa mandó a llenar el pequeño para cuando eso sucediera.

Ocurre que cuando pasa más de una semana y el gas del tanque grande no da aviso de haberse terminado, mi esposa me pregunta si se terminó y si yo había bajado a cambiar el sistema para el tanque pequeño, señalándole que no lo había hecho. Pues el gas siguió funcionado como si nada, por lo que yo noté que algo anormal estaba ocurriendo y bajé a ver qué ocurría.

Cuando llego, me percato de que un ladrón rompió la cadena y se llevó el tanque pequeño, pero para hacerlo, como estaba lleno y no podía cargarlo por pesado, manipuló el aparatito de control y tal parece que vació todo el gas del pequeño en el grande y así poder cargarlo y lograr su objetivo de robárselo. Esa fue la conclusión a que llegamos porque si se lo hubiese llevado lleno, el gas del grande no duraría tanto tiempo de uso.

Cuando descubrí el robo, éste se había ejecutado hacía más de quince días y en la casa no nos dábamos cuenta porque el gas no se había terminado y el ladrón fue tan hábil que supo evadir las cámaras de seguridad que funcionan en otras áreas del edificio.

Le pregunté a una vecina que vive en un apartamento del sótano muy cerca donde está ubicada el área de los tanques y me dijo que hacían alrededor de quince días, en eso de las cinco de la madrugada, ella vio un joven cuando se llevaba un tanque y le preguntó al respecto y dicho joven le contestó que él vivía en uno de los apartamentos de la tercera planta y que iba temprano a llenarlo ya que el gas se había ido la noche anterior.

Bueno, como los dominicanos compramos candados después que nos roban, aunque en este caso tenia candado, dado que fue la cadena que fue rota, yo opté por comprar una cadena más fuerte y logré que se instalara una cámara en el área de los tanques.

Amigo lector, entréguese a Dios y tome todas las precauciones oportunas y efectivas tanto en su hogar como en cualquier parte que se encuentre, ya que si hace esto, el ladrón no logrará su objetivo.

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