viernes, 30 de mayo de 2008

RETROSPECTIVA: UNA VISITA AL PASADO

Un acto muy repulsivo
Por Carlos Liranzo
Hondo Valle es un pueblo donde ha reinado la calma generación tras generación, pero en su historia aparecen algunos actos aislados de conducta repulsiva. Hasta el día de hoy no se tiene claro quien llevó a cabo estos hechos y también se tiene en dudas si fue uno o varios lo que perpetraron este hecho abominable.
En los años 1972-1973, los habitantes de Hondo valle en su totalidad, no estaban conformes con las escuelas que en ese entonces existían, ni los alumnos ni los profesores, ni la asociación de padres y amigos de la escuela, estaban felices con las condiciones bajo la cual se impartía docencia.
Y razones sobradas habían, pues las aulas quedaban muy lejos unas de las otras, haciendo así difícil el trabajo de los directivos. Era casi imposible impartir clases en épocas de lluvia, debido a que se mojaban casi todas las aulas, especialmente en las situadas en la calle María Trinidad Sánchez, y por último no había escuela secundaria, el que quería avanzar más allá del octavo curso, tenía que trasladarse a las ciudades de El Cercado o Las Matas de Farfán, e incluso a ciudades más lejanas como Elías Piña o San Juan de la Maguana. A raíz de la magnitud de este problema, la gente comenzó a protestar a las autoridades civiles para que se hiciera algo al respeto. Un pueblo libre como Hondo Valle tiene ese derecho, ¡La libertad de expresión!
Nada malo en lo que se estaba llevando a cabo, el pueblo había hablado en unidad. Pero cuando la protesta se va más allá de todo sentido moral, pasando el límite y no distinguiendo entre lo que es bueno y lo que es malo....deja de ser protesta, y se convierte en ¡Vandalismo!, y esto fue lo que sucedió.
Algunos quisieron tomar la justicia en sus propias manos y decidieron violar principios tan claros en las mentes de nuestros ciudadanos, tales como el respeto a las propiedades ajenas. Este fue un acto muy repulsivo.
Una noche cuando el pueblo dormía en tranquilidad, se escucharon voces en la comunidad: "¡Se está quemando la escuela!, ¡Se está quemando la escuela!". Aquellas voces despertaron al pueblo quien se unió de una forma solidaria y ahora para una nueva causa, ¡salvar la vieja escuela situada en la María Trinidad Sánchez!
Rápido se buscaron cubetas de aguas, que aparecían de todas las partes, pues tenían temor que el fuego se siguiera extendiendo a las casas que se encontraban muy cerca del fuego, tales como las casas de las familias Martínez, Los Mesa, y los Liranzo, las cuales corrían el riesgo de ser afectadas por el fuego de la escuela. El equipo de voluntarios logró apagar el fuego, que pues ya había comenzado a dañar la escuela.
Los sucesos debieron parar allí, pero no pararon. Unos meses después el vandalismo continuó, y esa vez atacaron la otra escuela situada al frente del parque. En medio de la noche, los perpetradores de este insolente acto, usaron caballos, los cuales soltaron en medio de las aulas. ¡Imagínese usted el daño que causaron!, después de destruir casi todas las pertenencias de la escuela, pues los cuadrúpedos hicieron sus necesidades fisiológicas y acto seguido, los cuestionables protestadores, decoraron con flores la materia fecal que habían depositado los animales. Este hecho causó la conmoción del pueblo.
Esto trajo como resultado, el que se apurara la construcción de una nueva escuela. Se les compraron los terrenos al señor Virgilio, venciendo algunos inconvenientes y se comenzó la construcción de la escuela que tenemos hoy.
El objetivo era muy bueno....una nueva escuela, pero los medios que se usaron no dejan de ser repulsivos y es una página negra para la historia de Hondo Valle.
Ya vieron. Los métodos usados para exigir una nueva escuela no fueron los más adecuados. Si no se hubiese parado a tiempo, aquel fuego hubiera destruido aquel gigante armazón de madera y con ella, más de diez casas a su alrededor. Y quizás yo no estuviera contando hoy lo que pasó, aquella noche repulsiva.
Carlos Liranzo


(Tu comentario a hondovallesur@hotmail.com)

miércoles, 28 de mayo de 2008

ANÉCDOTAS EN EL SUR PROFUNDO

¡Demasiado! Para una sola noche
¡Y... AÚN ESTOY VIVO!
Por Feliciano Liranzo
¡Bueno, por fin amaneció... y estaba vivo! Muy importante, pero me amaneció sin saber donde estaba. Lo que sí sabía era que cuando desperté, estaba rodeado de personas en la habitación del hospital de Hondo Valle.
Era lunes, el día que estaba supuesto a marcharme de regreso a Haina con mi amigo Eddy Rodríguez. Pero ni siquiera sabía donde estaba él. Bueno, imagínese que no sabía donde estaba ni siquiera yo mismo.
Pero ahí se encontraba mi amigo Gregorio Montero (Cristóbal), quien nunca se movió de mi lado. ¡Qué clase de amigo! Yeso no era todo, me contaron que peleó con un médico alegando negligencia médica, y que estuvo a punto de irse a los puños con el galeno, que al parecer mostró dejadez en el caso mío.
Me dijeron también que me pasé toda la noche vomitando y que tuvieron que ponerme un suero... bueno eso lo vi y lo sentí en la mañana al despertar. Cristóbal me enseñó una mancha negra que todavía quedaba en un ladito de la sábana blanca. Y me dijo “no hay dudas estabas intoxicado”.
La verdad es que se siente uno raro, extraño, despertar en una habitación de un hospital, desliñado, débil y sin hambre. Pregunté por Eddy, mi amigo invitado y en ese mismo momento llegó, estaba muy preocupado el hombre. Y ahí seguía sin dormir mi compañero de habitación, Cristóbal, quien sin estar enfermo, vivió los amargos momentos por los que pasé aquella noche.
Más gente seguía llegando y de repente el cuarto estaba lleno de escolares, hembras y varones que gastaron su tiempo de recreo para ir a verme. Me traslado a ese momento y puedo ver entre los estudiantes el rostro de Llanis y de Dominga, son las caras que recuerdo entre los tantos estudiantes uniformados que allí había. A todos mi agradecimiento eterno.
Una enfermera, la cual no conocía, dijo lo siguiente al ver la gran cantidad de escolares: “¡Ah! Pero, miren qué popular es el muchacho”. Y doña Juanita, la esposa de Ciriaco Encarnación, acababa de hacer su entrada de enfermera para ese día, y al saber que yo estaba allí fue a mi encuentro y bromeó un poco conmigo con el humor que le caracteriza. Me preguntó: “¿No quiere un trago mi ahijado?”... yo seguí la corriente para romper la rigidez del momento y le contesté con otra pregunta: -“¿Dónde está? –Y me replicó ella –“Oye qué sin vergüenza”...
Pero, en verdad lo que me dio mucha vergüenza, fue cuando entró una joven enfermera y preguntó que cómo seguía. Le contesté que muy mejor. Entonces, Cristóbal pasó a explicarme: “Esa muchacha se pasó la noche limpiando tus vómitos y cuidándote”. Gracias una vez más Elenita, por tu esfuerzo y tu altruista demostración con los enfermos.
Y es cierto que ella estaba cumpliendo con su deber de enfermera, pero la forma humana en que lo hizo habla muy bien de la grandeza del oficio que ella escogió.
De repente se rompió la calma, llegó mi hermana Gladys y allí mismo se rompió la estadía en el hospital. Y delante de todo el mundo me dijo “voy a hablar con Tía (mi mamá), para que no te deje venir aquí”. Luego, Me sacó de allí, me llevó para El Cruce a la casa de Doña Agapita y ese día era a sopita y jugos caseros. Me gustó esa parte.
Lo que no me gustaba era la idea de que al otro día debía marcharme a Haina con mi amigo Eddy, quien a pesar de todo, le gustó estar en aquel pueblo acogedor y quien se llevó una buena impresión de nuestro querido pedacito de tierra.
Gracias a todos por su paciencia conmigo. Y de esta anécdota aprendí algunas cosas importantes que pudieran servir a los jóvenes en el presente y en el futuro.

-No podrás acabar con todo el alcohol que quieras en dos días ni nunca; por el contrario él te acaba a ti.
-Trata siempre de lidiar con la presión de grupo, y no hagas más de lo que pueda aguantar tu cuerpo. No importa lo que ellos piensen o digan. El problema será exclusivamente tuyo.
-Gozar no es tomar alcohol en forma desmedida. Es mejor un trago social, porque así sabes lo que estás haciendo y te evitarás muchos dolores de cabeza.
Demasiado para una sola noche, una noche que no quisiera que se vuelva a repetir.
(Su comentario a hondovallesur@hotmail.com)

lunes, 26 de mayo de 2008

ANÉCDOTAS EN EL SUR PROFUNDO

¡Demasiado! Para una sola noche

Por Feliciano Liranzo
Cansado de escuchar historias acerca de Hondo Valle y su reiterada hospitalidad, se decidió mi amigo Eddy Rodríguez a visitar al hermoso pueblito enclavado en las montañas de la Sierra de Neyba.

Tomó un fin de semana corto de sus vacaciones en la Corporación Dominicana de Electricidad, donde laboraba como operador de una de las plantas energéticas, y tenía poco tiempo para disfrutar, ya que tenía que trabajar a veces los siete días de la semana.
Juntos partimos desde Haina, dispuesto él a descubrir tantas cosas bellas que le habían hablado de Hondo Valle, y yo preparado a enseñarle al amigo, que allí se disfrutaba en grande.
El había escuchado de su gente que era alegre y que la mayoría de los jóvenes eran aplicados y decentes. Y tal como le prometí, “a penas llegues y ya te consideran nativo”, así sucedió, porque a las cuatro horas de estadía ya lo conocían por la cuatro esquina.
Nos reunimos un grupo de tigres, en el buen sentido de la palabra, en nuestro hermoso parque, una mañana cualquiera de un domingo cualquiera del año 1986... y allí debajo de un frondoso laurel empezó la aventura.
Esto es lo que se escuchaba en el grupo, “vamos a ver quiénes son los hombres y quiénes son los muchachos”. Yo, que no soy muy dado a resistir el mucho alcohol, tenía la encomienda de no hacer quedar mal a los muchachos de mi pueblo, y sin saber que iba por un camino espinoso, eché manos a la obra...
Cervezas Presidente iba y venían por montón y todo el mundo comiendo, menos yo. Y este servidor decía “Yo no vine a comer aquí, yo vine a beber... en estos dos días de vacaciones”. ¡Ah! Lo que hace la presión de grupo.
Para las siete de la noche, mi amigo Eddy no aguantó más y lo fuimos a acostar a donde Doña Oliva con un jumo de cuadrito. Y yo ahí como un ‘cañón’.
Esa noche me cerraron todos los bares, el de Niño, el de Chichito, uno que había en la Colonia y finalmente fui a parar a uno que habían hecho en la casa en donde antes vivía mi amigo Ramoncito Núñez con su familia, quienes se habían mudados a la Capital.
Allí empecé a sentirme mal a eso de las tres o cuatro de la mañana y como no había comido mucho, porque “yo no fui a comer allí...” lógicamente no me iba a ir bien. Hablé a Gregorio Montero (Cristóbal), quien no andaba conmigo, y le dije que me sentía mal y decidimos inmediatamente caminar al hospital, situado a unos cinco o seis minutos del lugar.
Las puertas del hospital estaban cerradas y Cristóbal las tocaba insistentemente, porque el tiempo era crucial. Recuerdo que él tocaba la puerta violentamente y luego el vigilante del establecimiento de salud nos abrió y nos sentaron en la sala de espera en lo que despertaban al médico de turno... fue lo último que recordé... más nunca supe de mí... y todo lo que sé desde ese momento hasta las diez de la mañana del lunes, me lo contaron. (Continuará)
(Su comentario a hondovallesur@hotmail.com)

miércoles, 21 de mayo de 2008

PALABRAS VIVAS

Vea la vida como Dios la ve

Por Carlos Liranzo
¿Como ve Dios la vida? Esto es una pregunta que quizás usted nunca se ha detenido a pensar. Vamos a reflexionar un poco, sobre puntos de vistas que tienen la gente hoy,que nuestro creador lo ve de un modo diferente.

Desde el comienzo de la fecundación de un niño ya Dios lo ve precioso a sus ojos. Un rey, guerrero, músico, poeta y escritor biblico definió así la criatura en el vientre:
“Porque tú mismo produjiste mis riñones; me tuviste cubierto en resguardo en el vientre de mi madre. Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho. Tus obras son maravillosas, como muy bien percibe mi alma. Mis huesos no estuvieron escondidos de ti cuando fui hecho en secreto, cuando fui tejido en las partes más bajas de la tierra. Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas y todavía no había una entre ellas”. (Salmos 139:13-16)
Vemos que hasta cuando no había ninguna parte creada del bebé ya Dios las tenía resguardadas. Es por ello que no podemos tomar a la ligera una decisión de matar una criatura por el simple hecho de que "todavía es un feto".
En tiempos bíblicos el atentar en contra de una criatura no nacida a propósito o por accidente, podía traerle consecuencias nefasta al agresor, veamos algunos ejemplos y sus respectivas penalidades:
"Y en caso de que unos hombres luchen el uno con el otro y realmente lastimen a una mujer encinta y los hijos de ella efectivamente salgan, pero no ocurra un accidente mortal, a él sin falta ha de imponérsele el pago de daños conforme a lo que le imponga el dueño de la mujer; y él tiene que darlo por medio de los jueces. Pero si ocurre un accidente mortal, entonces tienes que dar alma por alma, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, marca candente por marca candente, herida por herida, golpe por golpe. (Exodo 21:22-25).
Era un asunto serio en aquel tiempo y lo es también, ahora, porque el punto de vista de Dios no ha cambiado, él sigue viendo la vida "preciosa a sus ojos".
El libro Growing Into Love (Llegar a amar) ofrece otros argumentos contra el aborto:
“Aunque las consecuencias de la concepción se simplifican por medio de someterse a un aborto, la experiencia de poner fin a un embarazo suele ser muy desconcertante y perturbadora. [...] Una adolescente [...] puede creer que el feto no es más que eso: un feto [...]. No obstante, por muchas explicaciones legalistas que se le den, en lo más profundo de su ser no puede olvidar que el feto que ella concibió tenía la posibilidad de vivir”.
Evite el hacer una mala decisión que tenga que calgar con ese peso quizas toda su vida, una conciencia sucia lo podría perturbar, y piense esto, es algo que usted nunca podrá contar con la cabeza en alto.... entoces ¿Por qué hacerlo?....¡Vea los hijos como Dios lo ve!
"¡Miren! Los hijos son una herencia de parte de Jehová; el fruto del vientre es un galardón. Como flechas en la mano de un hombre poderoso así son los hijos de la juventud". (Salmo 127:3-4).
*(Todas las citas bíblicas han sido tomadas de la Traducción del Nuevo Mundo de la Santas Escrituras).
(Su comentario a hondovallesur@hotmail.com)

lunes, 19 de mayo de 2008

SENTIDO COMÚN


¿Es justo tomar bebidas alcohólicas en funerales?

Por Feliciano Liranzo

El alcohol altera los sentidos. Cuando el alcohol entra a los fluidos sanguíneos y llega al cerebro, actuamos diferentes, como si fuéramos otra persona. Estamos borrachos o tenemos alto contenido de alcohol en la sangre que a veces, sin estar borrachos, nos hace que actuemos diferentes.

Bajo la influencia del alcohol cometemos torpezas, errores, podemos perder el sentido del humor, ofendemos a los demás, subimos el tono de la voz, sufrimos enojos. Y nada de lo anterior, contribuye a aliviar la situación de las personas a las cuales acudimos cuando se le muere un miembro de su familia.
No queremos que al dar un abrazo de apoyo a un amigo que haya perdido a un ser querido, por ejemplo, dejar una mala impresión producto del olor desagradable que queda al ingerir ron o cerveza. Es una falta de respeto.
¿Y saben por qué tomar alcohol en lugares que merecen el debido respeto, como la muerte de una persona, no es censurado por muchos? Porque se ha convertido en una costumbre generalizada, en una mala y desagradable costumbre.
Los ambientes funerales no son para hacer celebraciones alegres. Son situaciones inesperadas revestidas de dolor, porque alguien cercano a usted perdió a uno de sus seres amados. Y por lo tanto merecen su apoyo.
Queremos ser reconocidos en el mundo como un pueblo humilde, amable, solidario, amigable, sociable y todas las demás características que se derivan de la hospitalidad.
No queremos ser reconocidos en otras latitudes por ser personas que toman alcohol en los velatorios o en los rezos. Para eso están las fiestas o encuentros de amigos en las casas.
Las actividades funerales no son celebraciones alegres, son hechos revestidos de dolor por la pérdida de un ser querido, que se han marchado físicamente y por lo tanto merecen respeto y consideración.
Pareciera como si deseáramos que alguien falleciera para ir a formar una bebedera en el lugar del velatorio o cualquier actividad relacionada. ¡Qué descaro!
¿Es una muestra de apoyo tomar bebidas alcohólicas en situaciones tan difíciles para los familiares afectados por el luto? Definitivamente no. Por el contrario, es una falta de educación y de moral ante nuestros semejantes.
Como dice una verdad bíblica, ‘todo tiene su tiempo...’ Y el tiempo para tomar y celebrar no va con las personas enlutadas, por eso desde ahora, vayamos separando estas dos acciones opuestas, que por ende son inversamente proporcionales.
Y que conste, no estoy diciendo que no tome. Lo que quiero es pedirle por favor, que evite hacerlo en estas circunstancias de dolor. Es que tomar no es malo, si se hace prudentemente, para no herir a terceros.
Y si no podemos dejar las bebidas alcohólicas en estos eventos penosos, entonces debemos reconocer que tenemos un problema y que necesitamos ayuda. Pero, tratar de actuar como que esto es algo normal, no tiene justificación alguna.
Quizás muchos que practican estas acciones, van a estar en desacuerdo con mi posición al respecto. Pero, creo que otros dejarán de practicar tales hechos que deshonran las personas y dice mucho de nuestras malas actuaciones.

Un Caso Penoso
A veces nos comportamos como si fuéramos a pasar desapercibidos. ¡Negativo! Porque en mi mente están frescas, las imágenes de personas de mi pueblo bebiendo ron y cerveza en el rezo de quien fuera un excelente amigo en vida. Me refiero al señor Aníbal Abreu (NIBO), quien falleciera en un trágico accidente automovilístico.
Esto pasó en su residencia de la capital dominicana por allá por el año de 1998 o 1999 si mal no recuerdo. A tres casas donde se celebraba el rezo, había un colmado y estaba repleto de personas ingiriendo alcohol. De este hecho han pasado unos nueve o diez años, pero a mí no se me ha borrado de la mente, porque lo consideré incorrecto. ¿Es esto un gesto de amistad y solidaridad?
Dejemos, por favor, las bebidas alcohólicas lejos de los funerales o actividades relacionadas con la muerte de una persona. Respetemos el dolor ajeno, el inmenso dolor que produce, la partida involuntaria de un ser querido.
*(Ilustración: Nelson Resto)
(Su comentario a hondovallesur@hotmail.com)

sábado, 10 de mayo de 2008

ANÉCDOTAS EN EL SUR PROFUNDO


Un amigo de palabras

Por Carlos Liranzo

En una de mis visitas a Hondo Valle tuve un episodio casi lamentable… permítame explicarle.
En esa ocasión y como en otras pasadas, preparamos un evento deportivo para jugar los hondovallenses ausentes contra los presentes. El público era bueno, de ambos bandos, habíamos plantado un buen juego de básquetbol.

En uno de esos contactos físicos Huáscar me empujó de tal modo que caí violentamente al suelo, y desde allí vi todo de una manera diferente, me sentí humillado y vi en la acción una clara provocación que desató en mi un estallido de cólera.
Automáticamente me paré y respondí con otro empujón que lo tiró a él al piso y acto seguido, di comienzo a una pelea. La calma fue restablecida quince minutos después, y Huáscar se despidió del juego con las siguientes palabras: “Esto no se termina aquí el verdaderos pleito viene por ahí… Tú y Yo en el rio, mañana.”
Las siguiente horas fueron de incertidumbre, pues unos de mis amigos me preparó para dicha pelea, me dijo:”Yo sé que Tú no eres muchacho de problemas, pero tienes que estar listo para todo, él va a estar allí esperándote a la hora que él te dijo, y a lo mejor este no sea el tipo de pelea al que tú estás acostumbrado.”
Aquello era mucho más cierto de lo que mi amigo se podía imaginar, pues Yo nunca me acostumbré a ningún tipo de peleas, y la razón era sencilla, nunca vi a nadie ganar un pleito, siempre vi a todos los que peleaban ‘perdiendo el pleito’.

Llegó el día

Al día siguiente salí al parque con valor de hombre, porque miedo no tenía aunque no entendía el por qué de aquella absurda pelea. A la primera persona que encontré fue a Huáscar, quién me dio una lección moral que Yo no esperaba. Me extendió la mano y me dijo:
”Lo que pasa en el juego, debe quedarse en el juego… Perdona mi mal comportamiento de ayer, eso debió de haberse quedado allí en aquel momento que pasó…….que no se hable más de el asunto”.
Volví donde mi amigo y le expliqué lo sucedido, pues al no conocer bien a Huáscar no sabía qué pensar. Mi amigo me miró contento y me dijo:
”Huáscar es un hombre de palabra, su palabra vale más que el oro…. has ganado un amigo en quien puedes confiar”.

Desde Aquel momento Huáscar probó ser un amigo sincero en cada una de mis visitas a Hondo Valle, hasta que lamentablemente falleció trágicamente en un accidente.
Y ¿Dónde está Huáscar y todos nuestros seres queridos que mueren? En el próximo artículo vamos a contestar ésta pregunta a la luz de lo que dice la Santa Biblia.

Tu comentario a: hondovallesur@hotmail.com

viernes, 9 de mayo de 2008

RETROSPECTIVA: una visita al pasado

ANDARÍN:
UN AMIGO INIGUALABLE


Por Feliciano Liranzo
Jamás olvidaré los alegres momentos que pasé junto a mi amigo Andarín. Y como muestra de esa promesa, más de 25 años después recuerdo su grata compañía.

Conocí a Cesarín por medio de mi amigo y hermano Federiquito, el hijo de Federico Díaz y doña Elena Cruz, a quienes considero mi familia.
Fue en su hogar de la avenida Santa Teresa de Elías Piña, donde conocí a Cesarín, a quien el mismo Federiquito le puso el sobrenombre de Andarín, no recuerdo por qué.
Lo cierto es que Andarín no salía de la casa de la familia Díaz Cruz, compartiendo con toda la muchachada de la periferia y con los otros hermanos de Federiquito: Yanet, Nancy, Mercedes, Miguelito, Yovanny, Iris y Marleny, la hija de Nolia Cruz.
Todos sentían aprecio por este muchacho humilde y buena gente, y al igual que a mí lo consideraban como a un miembro de familia.
Si hubiese sido yo en vez de 'Andarín', le hubiese puesto 'Sonrisa', porque siempre se estaba riendo, y junto a él la tristeza no existía.
En una de mis frecuentes estadías en Elías Piña, ciudad que visitaba frecuentemente, me sorprendí bastante con este muchacho, pues medía nada más y nada menos que seis pies de estatura. Había crecido exageradamente rápido. Pero, nunca cambió su feliz manera de ser, pese a cualquier adversidad que estuviera atravesando.
En otra visita a la casa de Federiquito en Elías Piña, esta vez desde Haina, me puse muy triste porque no encontré a Andarín, a quien esperaba ver para que junto a los otros jóvenes del grupo, disfrutar un tiempo agradable.
Esa vez me dieron la noticia de que Andarín había ingresado a una de las instituciones de las Fuerzas Armadas, no preciso si era guardia o policía, y estaba sirviendo en un pueblo lejano del país.
Extrañé mucho su presencia, pero tiempo después fue trasladado a su pueblo natal, por lo que abrigaba la esperanza de verle allí muy pronto.
Los compromisos del grupo de amigos seguían creciendo, nos estábamos haciendo mayorcitos, y por lo tanto era menos factible la posibilidad de juntarse. Para dificultar más las cosas los hermanos Díaz Cruz se habían mudados para Santo Domingo, para facilitar sus estudios universitarios, por lo que los viajes a Elías Piña se habían reducidos drásticamente.
Tenía mucho que no veía a Andarín, pero siempre le preguntaba a Federiquito por él. "¡Cuánto me gustaría volver a verle y pasar un rato de aquellos donde no habían preocupaciones, todo era felicidad!" Pensaba, y esperaba que un día sirviera en la capital, para verle aunque sea unos minutos.
Corrían los últimos meses del final de la década de los ochenta, y una tarde me junté con Federiquito en la "Embajada" de Elías Piña, en el campus de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde estudiábamos. Lógicamente, le pregunté por nuestro amigo Andarín. Su respuesta me estemeció el alma misma.
Una semana antes, había sido asesinado.
Tu comentario a: hondovallesur@hotmail.com

jueves, 8 de mayo de 2008

RETROSPECTIVA: una visita al pasado

ME ROBÉ EL NOMBRE DE MI PADRE

Por Feliciano Liranzo
Cuando era niño, en los primeros años de mi vida- yo diría entre los cinco y once años de edad- mucha gente entendía que mi nombre era demasiado largo para un niño tan flaco. Muchos pensarían que necesitaba un nombre corto o un nombre que fuera acorde con mi frágil figura física.

¿Sería verdad que FELICIANO no era un nombre apropiado para mí? Las personas a mi alrededor así pensaban.
Claro está, ya me estaba creyendo aquella absurda idea y vagamente pensaba que era cierto. Habían creado en mí un complejo con el nombre que encontraban largo, pesado y feo.
Hubo un señor en Hondo Valle, de nombre Antero que vivía frente a mi casa, precisamente en la Maternidad local, que servía como centro regional para que las parturientas trajeran al mundo a sus hijos, a falta de un hospital, el cual estaba lejos su edificación para ese entonces.
El señor Antero, era hijo de Doña Valdez, la directora de la Maternidad de Hondo Valle, llamada por todo el pueblo como la Comadrona, porque todos los niños que nacían para esa época pasaban por sus cuidados amorosos. Ellos eran oriundos de La Vega, y como todo visitante a nuestro pueblo, ya eran parte de nosotros.
Doña Valdez, por su parte era una dama muy respetada y querida hasta en otras localidades pertenecientes a Hondo Valle como Juan Santiago, Rancho de La Guardia, Los Guineos y la Fuente, entre otras, porque de todos lados venían a solicitar sus servicios de parto.
Su hijo, Antero, era también muy buena gente y al parecer, era uno de los que creía que mi nombre no encajaba con mi personalidad. Tanto así que no me llamó nunca Félix, apodo que me asignaron mis familiares cercanos, para cortar un poco el nombre ‘Feliciano’.
El señor Antero entendió que mi nombre debía ser ‘Liquiria’, y desde entonces pasó a ser mi tercer nombre, o no se sabe si primero, porque muchos me llamaban así... y todavía hoy en día.


EN OTRAS LATITUDES
Al empezar a estudiar en Haina, el pueblo al que nos habíamos mudados, el asunto del nombre fue cambiando, porque en el liceo donde estudié el bachillerato, nos llamaban Liranzo a todos los de mi casa.
Por un buen tiempo el apellido Liranzo predominó, tanto en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde realicé mis estudios superiores, como en los centros de trabajo donde laboré. Cuando empecé a trabajar en el periódico Listín Diario, en el año 1992, el nombre predominante fue ‘Feliciano’, mi verdadero nombre. Así me llamaban en el Departamento asignado y todo el diario. Empecé a familiarizarme con él y a aceptar el sonido de ese nombre, hasta el punto que de todos los nombres del mundo es el que más me gusta... y claro hay otra razón muy poderosa, pues es el nombre de mi padre.
Como fui el primer varón del matrimonio, mi padre encontró lógico que llevara su mismo nombre. Así que él llamándose ‘Feliciano Liranzo’, me registró en la Oficialía del Estado Civil como ‘Feliciano Liranzo –hijo’. Y créanme que es un honor llevar el nombre de mi progenitor, un hombre que fue amoroso y lo daba todo por su familia.
Se agrega ‘hijo’ o ‘junior, para diferenciar el nombre del padre con el del hijo. Otra manera es llevar también el apellido materno, en mi caso ‘Feliciano Liranzo Montero’, que es mi nombre completo.
Pero, al correr el tiempo, mis jefes editores del periódico acortan mi nombre por razones de espacio y para hacerlo más sonoro periodísticamente hablando, a solamente ‘Feliciano Liranzo’, exactamente el mismo nombre de mi tutor.
Y es así como logré encariñarme con el nombre de mi papá querido, fallecido en 1984. Y es así como a través de mí, él sigue vivo. Me toca entonces, seguir llevándolo con orgullo y tratar de actuar lo más correctamente posible, para no manchar el nombre que un día le robé a mi padre.

Comentario: hondovallesur@hotmail.com


sábado, 3 de mayo de 2008

ANÉCDOTA INVITADA


EL GALLO ENOJADO

Escuché que no había que ser de Haina 17 para escribir sus Momentos Difíciles, y que tampoco había que ser dominicano... pues este es el mío.

Yogi Ortiz

Era una tarde como otra cualquiera en mi tierra natal Puerto Rico, yo contaba con apenas 9 años de edad, y como de costumbre salí atrás de la casa para jugar y hacer mis travesuras. De hecho ¿Les mencioné que detrás de mi casa mis padres contaban con una jaula en la cual se encontraban cuatro gallinas y un gallo?

Bueno, les cuento que una de mis travesuras consistía en ir a la jaula de estos bellos animalitos, desenvainar mi arma letal y disfrutar de orinar e estas bellas criaturas. Esta era mi rutina de todos los días.

Un día decido como de costumbre ir a molestar al gallo y las gallinas, me preparo, apunto y cuando comienzo... 'tzas... tzas'.... en un abrir y cerrar de ojos yo estaba en el piso dando vueltas como 'lechón de a peso’, el dolor que sentía era inmenso.

Sí mis queridos lectores, el gallo había puesto fin al abuso que yo le proporcionaba día a día por medio de dos buenos picotazos. Todavía no me explico cómo no pude darme cuenta, todo fue tan rápido.

Bueno pero eso no se queda ahí, pues tuve que hacer acto de presencia en el hospital, y cuando preguntaron a mis padres a qué se debía mi visita, con una risa burlona mi mamá le dice a la enfermera “el gallo lo picó”. La enfermera pregunta: “¿El gallo lo picó?” y mamá contesta “Sí”. La enfermera dice: “Pero esto no es una emergencia.” Mi mamá contesta... créanme ja ja ja.... es una emergencia.

Cuando me llaman, mis padres me llevan de la mano y cuando la enfermera me ve comienza a reírse ja ja ja ja... ya veo por qué, pues era obvio, yo solamente llevaba puesto una camiseta y de la mitad para abajo lo que llevaba puesto era una sábana... ¡Qué bochorno! todas las enfermeras hicieron fiesta diciendo ...”pobrecito”, y reían pero no en son de burla, sino de asombro pues parece que era la primera vez que atendían un caso como éste... pero ‘al mal tiempo buena cara’, ja ja ja.

Los cuatro días que siguieron fueron duros, pues, no pude ir a la escuela, y no podía ponerme calzoncillos. Aquello estaba intocable, ya que debido a las inyecciones que me habían puesto causó una reacción en mi que... ¡para qué les cuento!... mejor lo dejo a su imaginación, por eso hago eco a las palabras de mi compatriota salsero Tito Rojas, cuando dice: "El gallo anda suelto y ‘cuidao’... que te pica”. Gracias a todos,
Yogi Ortiz, (Atlanta, Georgia, EEUU. )

REACCIONES:

Un abrazo y saludo especial a Yogi y su esposa Virma, una historia bien funny que me hizo reír bastante, realmente la cercanía de Puerto Rico y República Dominicana, hace que nos parezcamos mucho, es un momento difícil que va a dar mucho de qué hablar entre los cada vez más numerosos visitantes de la página. Esperamos que esta no sea la última que nos cuenten. Enmanuel Ventura.

►►►►►►►

¡Buenos días! El relato del Señor Yogi Ortiz está buenísimo, me he reído bastante, porque ‘el Señor. era un perfecto angelito travieso’, y sus padres disfrutaban de sus travesuras al llevarlo a la emergencia. Me imagino cuánto se rieron ese día... jajajajajaja.

Estela Montero.
Cortesía de (haina17)

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jueves, 1 de mayo de 2008

ANÉCDOTAS EN EL SUR PROFUNDO

ANÉCDOTAS ► Invitación►
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