jueves, 17 de septiembre de 2009

¡¡HABLEMOS DE ALGO!!

Una mina de oro… en su casa

Posiblemente tenga usted una mina de oro en su casa y sin embargo no lo sabe. ¿Y cómo es eso? Sencillo. En los tiempos modernos parece ser que las minas de oro en los ríos son especie en extinción. Y ahora los buscadores de oro, ya no usan botas largas, cedazos y otros implementos de búsqueda del preciado metal.


Ellos han descubierto pequeñas minas de oro en las casas. En la suya, en la mía, en la del vecino. ¿Por qué? Pues usted guarda con recelo algún anillo de oro producto de un preciado regalo de su abuela… pero, ya dije “lo guarda”, es decir que no lo usa.
Quizás guarde en un lugar muy seguro los primeros aretes de su hija, aquellos que se les partió el enganche para colocarlos en los orificios de las orejas. Algún día pensaba arreglarlos, pero el tiempo fue pasando y ya no se anima. Además para qué arreglar algo que ya su hija no se lo va a poner, pues ya tiene diecisiete años de edad y para ella es algo obsoleto.
Generalmente, las personas conservan en las casas montones de prendas de oro y de plata, pero que por muchas razones no las usan. Algunas están rotas y esperando por algún día repararlas se le han ido los años uno, dos, tres, siete años. Otras prendas van atisbando el cofrecito, porque es natural que las prendas, dado el uso continuo, se dañen o nos cansemos de ellas.
Las grandes joyerías se han dado cuenta de la situación y han entrado al negocio. Un negocio que era para los compradores ambulantes. Aquellos que más de una vez han pasado por el frente de su casa voceando “compro prendas de oro dañadas”. Ahora, son las mismas joyerías famosas o no que han decido ir a la búsqueda de esa mina de oro que están en los hogares.
Y en todo Estados Unidos por ejemplo, muchas empresas están invadiendo los hogares a cada minuto por la televisión, la radio, el internet, llamadas telefónicas comerciales, y en vayas grandes de las principales carreteras, con el objetivo de comprarle a usted ese oro o esa plata que ya no usa, pero que para ellos es de gran valor porque las minas se han cansado de parir abundantemente o simplemente porque para ellos le sale más barato el costo publicitario que sacar y refinar el oro o la plata del sistema natural.
Ahora, revise usted su mina de oro en su casa, porque en cualquier momento puede conseguir un dinerito extra vendiendo sus prendas. Un dinerito de la mina que usted no pensaba que tenía. Estudie las ofertas y saque el máximo provecho a esas joyas o prendas inservibles o pasadas de moda que tiene bien guardadas, porque, ‘si alguien tiene algo y no lo usa en un año, sencillamente no lo necesita’.


No todo lo que brilla es oro...
*Ahora bien...hay algunas consideraciones que se deben de tomar en cuenta a la hora de vender su oro, ya que según un periódico newyorkino especializado en noticias de la bolsa de valores, el precio de este preciado metal subió a casi mil dólares la onza, algo increíble pero cierto.
*No se deje llevar de la publicidad de muchas empresas que mediante anuncios comerciales, especialmente de televisión, le animan a que les mande sus prendas inservibles de oro y plata, para que ellos le envíen su dinero a vuelta de correos. Podrías caer en una trampa, en un engaño.
*No crea mucho a la frase publicitaria que dice "te damos buen dinero por tu oro viejo".... el oro no se pone viejo.... será viejo en su mano, pero una vez le dan un precio bajo por el 'oro viejo' y ellos lo ponen nuevecito., a muy bajo costo, a costa suya.
*Lo más seguro es vender su oro a joyerías de renombres, las cuales difícilmente se van a dedicar al engaño, porque todos saben donde están ubicadas.
*Nadie está obligado u obligada a vender sus prendas de oro sin no lo desea, por lo tanto no ceda a las presiones publicitarias. Es su decisión y hay que respetarla.

Autor: Feliciano Liranzo.

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