miércoles, 16 de septiembre de 2009

PALABRAS VIVAS

Tres cosas que hacen difícil
escoger una religión


Por: Carlos M. Liranzo M.
1. La predicación de las Buenas Nuevas
Jesús, después de “Dársele toda autoridad tanto en la tierra como en el cielo” dio el siguiente mandato: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”. (Mateo 28:19-20).
Era de la única manera que se podía llevar a cabo la obra de “expandir las buenas nuevas a toda tierra habitada” (Mateo 24:14), el mismo Jesús implantó el modelo haciéndolo “de casa en casa“ (Hechos 5:42), y dejó el mismo dechado a sus apóstoles.
Aunque no sea fácil hacerlo, si vamos a esforzarnos por escoger una religión que satisfaga el modelo que nuestro señor Jesucristo nos dejó, “tiene que predicar las Buenas Nuevas de casa en casa”, y esto no es una opción.
2. Las Normas Morales
La sociedad de hoy día vive en una época en que “lo malo es bueno” a los ojos de la mayoría (Malaquías 2:17), este mismo aire afecta a muchos centros religiosos. Las personas que buscan de corazón se ven empujadas a ‘comprar su religión’ como si de un objeto se tratara. Cierto es que se trata de una decisión de vida o muerte, pero no debe ser tan difícil escoger si nos apegamos a lo que dice la palabra de Dios la Biblia, en donde no encontramos ambigüedad en sus principios morales.
Veamos algunos: "¡Qué! ¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres, ni ladrones, ni personas dominadas por la avidez, ni borrachos, ni injuriadores, ni los que practican extorsión heredarán el reino de Dios. Y, sin embargo, eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados, pero ustedes han sido santificados, pero ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios". (1Corintios 6:9-11).
3. El aspecto Económico
Cada día son más las personas que rehúsan asociarse con las iglesias por que sienten una pesada carga económica, y no es para menos, pues la imposición del diezmo, una imposición no biblica tomada del antiguo testamento que abolió nuestro señor Jesucristo con su muerte (Romanos 8:1-4), ha sido una carga inllevable para algunos, y ha resultado en que muchos sean sacados de sus iglesias, por no poder ‘soportar’ esta carga tan pesada.
Irónicamente, en aquella ley en donde se encontraba el diezmo, habían más de 600 leyes que la acompañaban, una gran mayoría con ‘la muerte como penalidad’. Pero... ¿Por qué irónicamente? Pues la penalidad que tenía la ley para los que no pagaban el diezmo, no era expulsión, tampoco era avergonzarlos enfrente de los demás feligreses, y mucho menos era muerte...no. “El no pagar el diezmo no tenía ninguna penalidad”.
La razón detrás de todo esto era sencilla, “Jehová no quiere que le demos nada obligados”, y aunque nosotros sabemos que tenemos que contribuir con cualquier institución que nos asociemos y esto es también así en el caso de nuestro lugar de adoración, tampoco debe esto hacerse una carga para nuestro diario vivir que ya de hecho está lleno de preocupaciones.
Más bien debemos seguir el método sugerido por el apóstol Pablo cuando exhortó:"Ahora bien, respecto a la colecta que es para los santos: así como di órdenes a las congregaciones de Galacia, háganlo de esa manera ustedes también. Cada primer día de la semana, que cada uno de ustedes en su propia casa ponga algo aparte en reserva según vaya prosperando, para que cuando yo llegue no se hagan colectas entonces.'' (1 corintios 16:1-2)
Esto tiene que ser una disposición de corazón, recordando siempre 2da. de corintios 2:7 “Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre”.

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