lunes, 5 de julio de 2010

PALABRAS VIVAS

Errar es de humano...
disculparse y perdonar... también



POR CARLOS M. LIRANZO M.
En el curso de nuestras vidas, vamos a decir cosas 'que no queremos decir', cualquiera puede errar al blanco de esta manera, o de cualquier otra. Pero no cualquiera tiene el valor de disculparse.



Dicho de otra forma, la disculpa es el primer paso hacia el perdón... un perdón que siempre espera, aquel que tiene la valentía de decir "presento mis excusas por haber obrado de esta manera".
Pero... ¿estaremos siempre dispuestos a aceptar las disculpas? Es de sabio hacerlo. Aún implique el haber oído cosas que nos molestan grandemente.
Y debemos recordar que si no perdonamos a los demás, no debemos esperar que nos perdonen a nosotros.
Si pedimos perdón a nuestro Dios, Jehová, es porque también estamos dispuestos a perdonar a nuestros semejantes. Una gran lección sobre el perdón, en la voz de JesusCristo la puedes leer en tu Biblia en Mateo 18:21-35.
Cuando obramos inadecuadamente frente a otros, es natural que la persona ofendida se sienta dolida, ya que no fue flores lo que se le tiró. En dicho caso, es muy acertado acercarnos al ofendido u ofendida y expresarle de corazón, sin hipocrecías, cúanto lo sentimos.


Un 'lo siento de verdad', quizás no hará desaparecer el dolor dejado por la ofensa, pero ayudará a bajar las tensiones y el ofendido u ofendinda se sentirá mejor. Su alma ciertamente se sentirá más tranquila, así como el alma del ofensor.

Cuando hacemos algo malo, algo que haga sentir horrible a nuestros semejantes, es acertado cambiar de postura y empezar a hacer el bien. jamás devolver mal por mal. Es decir, continuar haciendo buenas obras que son aprobadas por nuestro creador.

“Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos.” (Gálatas 6:10.)
Nosotros como comunicadores sociales, tenemos un poder extremadamente fuerte para llegar a las personas através de mensajes, es por esta razón que, aunque nos tome un poco más de tiempo, debemos indagar cualquier asunto que vaya a dañar la reputación de alguien en mayor o menor grado, pues a veces hacemos daños que son irreversibles.


Y muchas veces, hasta sin proponernos, obramos erroneamente. Con la misma rapidez con que ofendemos, así mismo debemos disculparnos ante la persona afectada, para que cuando nos toque el turno, podamos también ser perdonados.

Vamos a poner mucha atención a este pensamiento bíblico: “Sepan esto, mis amados hermanos. Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira.” (Santiago 1:19.)

Opine aquí. hondovallesur@hotmail.com

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