viernes, 2 de julio de 2010

ANÉCDOTAS DEL SUR PROFUNDO

El Compadre Tequila



Mi abuela materna doña Marina Figuereo solía salpicar con frases y dichos populares sus conversaciones cotidianas, de ella recuerdo muchas salidas ingeniosas con las que sazonaba sus largas charlas a cualquier hora del día o de la noche, total ella era la jefa de la familia, la matrona dulce pero recta de un hogar en el que yo era uno de los dos varones y había que escucharla, quiérase o no.

Todos éramos sus oyentes de ocasión pero mi abuela Marina tenía preferencia por un compadre llamado Rolando Collado, alias Tequila.
El compadre Rolando nunca usaba reloj " para no ser esclavo de esa vaina", según decía. La verdad es que nunca supe quién le había bautizado a quién, solo sé que eran compadres, se trataban como tal y cuando Rolando llegaba a mi casa había que saludarlo con el respeto que se merecía por ser compadre de la Jefa.
Era plomero etílico, es decir, trabajaba con un destapador de inodoros en una mano y un pote de ron en la otra, vestía siempre de negro y una que otra vez, es decir entre jumo y jumo pedía que no le llamaran ni Tequila ni Rolando sino ‘Águila Negra'.
El compadre era todo un personaje de esos que caracterizan la historia cotidiana de los pueblos, pero en él habían también otras peculiaridades que me hicieron conocerlo mejor y que hoy, después de tantos años de ausencia y para evitar que su recuerdo se borre de mi memoria, quiero evocar en este escrito para que se quede como testimonio de mi cariño.

Rolando llegaba invariablemente a mi casa, a pesar de que odiaba los relojes, a las 12 en punto del medio día… no se había extinguido la ruidosa advertencia de la sirena de los bomberos de que " ya era hora de comida" cuando un sonoro y estridente “buenas tardes ", voceado desde el portón del patio, inundaba toda la geografía física de la 16 de agosto número 43 de San Juan de la Maguana.
Al principio, Yo en mi candidez de muchachito no entendía por qué llegaba siempre a la misma hora si el día tenía 24 horas, pero después de verlo harto como una chincha esperando que mi prima Fefa sirviera el infaltable café de sobremesa, me entraron sospechas de que ese cariño de compadre se hacía más grande a medida que el hambre avanzaba.
Como viejo amigo de la casa y oyente privilegiado de la abuela el inefable Tequila, palillo en boca, iniciaba una larga conversación que casi siempre versaba sobre lo mismo: las rancheras de Miguel Aceves Mejía, las películas del Santo, lo bueno que era el romo y lo bien que cantaba Codina.
Todo resumido en una perorata de hora y media que a mí me parecía eterna pero que los demás contertulios gozaban como enanos, luego se recostaba en la mejor mecedora que había, la que heredé cuando mi abuela murió en 1992, y tras par de horas de un sueño salpicado con ronquidos y par de insolencias estomacales, se levantaba solo para reclamar algún dulcito que se " encontrara por allí y que nadie quisiera”.
Cerca de las 3 de la tarde, decidido a terminar algún trabajo que hubiera dejado inconcluso para almorzar en la casa de su comadre, iniciaba un ritual de despedida de casi media hora, ritual que invariablemente terminaba con un "hasta mañana “, amenaza que cumplía con exactitud meridiana a pesar de odiar los relojes.
Les decía al principio que mi abuela era muy dada a pronunciar frases jocosas e ingeniosas y una de esas frases que muchos años después pude entender era la siguiente: ” llegó el de vasito “, frase extraña que al parecer no tenía sentido.
Una tarde cuando la curiosidad casi estaba a punto de matarme, le pregunté a la abuela el significado de la frase y esto fue lo que me dijo :
-" Monchín, ¿tú recuerdas que el compadre Tequila llegaba a la casa exactamente a la hora de comida todos los días?
-“¡Sí!”… le contesté.
-“Bueno, ¿en qué vienen los velones de 50 centavos?”, me preguntó.
-“En un vasito”, le dije a la abuela.
-“¿Y qué es una gente que llega todos los días a una casa a la hora de comer?"
-“Un velón”… le respondí.
-“Ahí está Monchín… el compadre es un ‘de vasito’, es decir un velón...
LUIS RAMÓN DE LOS SANTOS FIGUEREO. hondovallesur@hotmail.com

*El autor es Locutor profesional y Escritor.
*Fotografía: Arco histórico de la ciudad de San Juan de la Maguana. (Hova Imagen)

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