martes, 19 de abril de 2011

SENTIDO COMÚN

Insistimos, ¡Seamos Honestos!




Por: Darío Rodríguez

¿Alguna vez ha estado en un lugar donde se ha perdido algo y se ha sentido acusado por el simple hecho de que no aparece el culpable?


¿Se ha dado cuenta que cuando en la familia, el grupo social o el trabajo desaparecen cosas lo primero que nos perdemos es la confianza? ¿Que cuando alguien ha sido deshonesto en un área, tardamos mucho tiempo en recuperar la confianza perdida y a veces no se recupera jamás?


Compartamos esta anécdota. Cuando era muchacho y asistía a la escuela, trabajaba con mi padre en los meses de verano.


Cada mañana nos deteníamos a recoger el periódico en una pequeña tienda que quedaba en el camino.
Una mañana, cuando llegamos al trabajo, mi padre se dio cuenta de que por error había tomado dos periódicos en vez de uno.
Primero pensó en pagar al hombre el dinero adicional a la mañana siguiente, pero después de pensarlo un momento dijo: “Más vale que regrese a llevar este periódico. No quiero que el hombre de la tienda piense que no soy honesto”. Subió al
auto, llegó hasta la tienda, y devolvió el periódico.
Como una semana después, alguien robó dinero de la tienda. Cuando la policía determinó el momento en que había ocurrido, el dueño de la tienda recordó que solamente dos personas habían estado allí en ese momento: uno de ellos era mi padre.
El dueño de la tienda de inmediato descartó a mi padre como sospechoso diciendo: “Ese hombre es muy honesto.

El otro día regresó a la tienda solo para devolver un periódico que se había llevado por error.”

La Policía se centró entonces en el otro hombre, quien al poco tiempo confesó su culpa.
La honestidad de mi padre causó una fuerte impresión en aquel dueño de la tienda, y en mí también.
Dejemos que la honestidad nos toque, hagamos de ella nuestro diario vivir. Practiquémosla y demos ejemplo con ella a nuestros hijos.

¡Recordemos que cuando nada material tenemos, aún nos queda la honestidad y eso, no se negocia!
DARÍO RODRÍGUEZ. Artículo cortesía del laborioso periódico de Barahona "El Azucarero del Sur".

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