lunes, 30 de junio de 2008

RETROSPECTIVA: UNA VISITA AL PASADO

Un Tizón prendió el terror en el pueblo

Por Carlos Liranzo
Hondo Valle era un remanso de paz y tranquilidad años tras años hasta que llegó el Teniente Tizón e implantó el terror, en los años 70's.

"Za..... Zafiro, Za galillú co...aso"
Esta expresión se hizo muy famosa por las calles de Hondo Valle, a mediados de los años setentas. Y no tardó en hacerse un símbolo de terror indicando que había que abrir paso a los que ahora gobernaban el pueblo: Tizón y sus secuaces.
Este era un Teniente del Ejército Nacional, de tez morena (por el cual le apodaban Tizón), con una altura de más de 6 pies y casi 300 libras de peso. Con la voz como un trueno ya de por sí implantaba terror. Su pasatiempo favorito era imponer su autoridad, en este caso en un pueblo que era el prototipo de la paz.
Como no había necesidad de imponer orden porque ya había, pues él mismo impuso el desorden. Donde quiera que llegaba se sentía su presencia, pues todo lo quería conseguir con su abuso de poder, las mujeres jóvenes se veían en la posición de ceder a muchas de sus peticiones y la que se negaba, se sometía prácticamente a la humillación publica que podía incluir "una galleta’ en medio del público presente.
A los jóvenes que protestaban por el abuso, se les amenazaba con 'meterlo preso', cumpliendo en varias ocasiones sus temidas amenazas.
Unos de sus métodos más inhumanos de intimidación, era la tortura de pasear a los presos por las calles del pueblo, vociferando el delito por el cual habían ido a la cárcel, siendo azotados en el acto por uno de los guardias rasos.
Recuerdo en una ocasión lo que dijo un soldado, un muchacho muy querido por el pueblo, hasta que se vio en la obligación de torturar a los presos: "Odio golpear a alguien de esa manera. A veces, son personas inocentes y aunque sean culpables, todavía no han sido condenados por un juez, esto les quita lo más mínimo de dignidad que les queda......pero lamentablemente tengo que cumplir órdenes".
Habían muchas razones por el cual Tizón llegó a un pueblo que él no conocía y decidió implantar el terror en la gran mayoría de la población, incluso empujó a algunos a dejar sus casas, sus trabajos y su querido pueblo. Pero esas razones, en la cual algunos se favorecieron e incluso parecían disfrutar de aquella barbarie, se quedaron ocultas en las mentes de algunos, ignoradas en las mentes de otros y también están aquellos que hoy prefieren no recordarlas. Lo que sí es cierto, que aquel fuereño, Tizón, que hizo famosa la frase 'Za galillú co...azo", forma parte de la historia de mi pueblo. Una historia oscura y negativa.
(Tu comentario a hondovallesur@hotmail.com)

miércoles, 25 de junio de 2008

ACTUALIDAD

Escuela Primaria en abandono




Por Carlos Liranzo
HONDO VALLE, R.D.- EL EDIFICIO DE LA ESCUELA PRIMARIA MATIAS RAMON MELLA, de aquí está en completo estado de abandono y deterioro, lo que dificulta el normal desenvolvimiento de la docencia.





Según informes fidedignos, durante los últimos años de la gestión del presidente Hipólito Mejía, la verja de protección fue eliminada para construir una nueva, pero los trabajos fueron paralizados, lo que conllevó a que personas desaprensivas se robaran los materiales de construcción y los alambres.
Hasta columnas de cemento enteras fueron desprendidas de la verja ciclónica que bordeaba la escuela, que ahora se encuentra al descubierto y es invadida por animales domésticos de los vecinos, como cerdos, vacas, gallinas y perros, poniendo en peligro la integridad y el ambiente estudiantil.
De acuerdo a una fuente que no quiso revelar su nombre, la escuela primaria de Hondo Valle, ha sido objeto de constantes ataques de vandalismo, hasta el punto de llegar a ser usada como letrina e incluso se han encontrado materias fecales en las aulas.
Una ex maestra de dicha escuela reveló a esta página lo siguiente: “Es lamentable la condición de la escuela. Se ha llegado hasta el punto de que se han robado muchas ventanas y se han destruido las puertas”.

La antigua educadora agregó que dicho centro escolar necesita urgente atención de las autoridades educativas, para que los estudiantes tengan un ambiente decente, después de las presentes vacaciones escolares.
“Varias promesas se han hecho a razón de la protesta de los maestros, en la cual el señor Julio César Pinales, Director de la Regional 02 de Educación, con asiento en San Juan de la Maguana, aseguró que el problema se iba a resolver. Dos años han pasado y dicho señor no ha cumplido con lo prometido.”
Su comentario a: hondovallesur@hotmail.com

lunes, 23 de junio de 2008

ANÉCDOTAS EN EL SUR PROFUNDO


"Yo como que te conozco"

Por Carlos Liranzo
En un tiempo en que el sexto grado en Hondo Valle era lo suficiente como para llevarte en un viaje por la vida militar y era un pasaporte para 'engancharse a la policía', muchos Hondovallenses lo lograron gracias a los esfuerzos de un profesor ejemplar: El profesor Mariano.

Profesor Mariano

Este profesor se ganó siempre el respeto de sus alumnos. Quienes llegamos a pasar por sus manos descubrimos que su disciplina no tenía nada personal en contra de nadie. Eran simplemente métodos para cumplir sus objetivos escolares. Su disciplina severa, sumada a un esfuerzo genuino de parte de sus alumnos, garantizaba un éxito total en sus asignaciones. Muchachos bien preparados, con un buen fundamento para enfrentar la siguiente etapa de la vida, cualquiera que fuera la que el alumno tomara. En muchos casos los alumnos seguían sus estudios hasta llegar a ser profesionales en diferentes ramas, pero en otros casos, la preparación servía para alistarse al ejército tan pronto y acababan el sexto grado.
El protagonista de esta historia es un muchacho que vino a estudiar desde una zona rural de Hondo Valle, con la meta bien definida de ser policía. El profesor luchó intensamente por enseñar a este muchacho, pues entre sus cualidades no estaba la dedicación al estudio, aunque sí hay que admitir que el muchacho le 'echaba ganas' a los cuadernos. Recibía la ayuda con mucho agradecimiento, pues se levantaba temprano a estudiar y se acostaba tarde en la noche estudiando bajo la luz de una lámpara. Finalmente fue promovido al séptimo grado.
Tan pronto y como tomó su diploma, dio las gracias a su maestro querido e hizo los contactos en la capital para ingresar a la milicia. Seis duros meses pasaron para este muchacho en fuertes entrenamientos, y estudios intensos. Finalmente su sueño se hizo realidad, ya era un policía uniformado y casi irreconocible.
Movió algunas 'palancas' que tenía, y fue designado para el cuartel policial de San Juan de la Maguana. Al pasar 7 meses en total desde su partida, estaba patrullando las calles del pueblo con un aire megalómano (Delirio de grandeza), además sus grandes logros también le habían afectado la habilidad de recordar. Allí en una de las paradas de guaguas y camionetas, se encontró nada más y nada menos que con el profesor que se había 'fajado' para ayudarle a conseguir sus metas. Miró de arriba-abajo a su profesor con ojos de confusión y le dijo: "Ven acá muchacho...Yo como que te conozco".
El profesor lo miró asombrado y aprovechó la oportunidad para darle una lección: "No... Tú tienes que estar confundido, porque yo estoy seguro, que yo nunca te he visto a ti". Y lo dejó allí parado... y pensativo.

Tu comentario a hondovallesur@hotmail.com

miércoles, 18 de junio de 2008

COMENTARIOS



'El misterio de las cañas'

Jajajajaja!! Qué Buena la anécdota. Bien podría titularse como 'el misterio de las cañas'. Wao, ¡Cuántas experiencias SANAS vividas, cuantas añoranzas, cuánta inocencia y amor verdadero se respiraba por aquellos años! ¿no? Con este derrotero que llevamos es difícil encontrar y vivir en carne propia cosas como estas, y no es que ya no queden amigos verdaderos, es la avaricia, la saña y el individualismo común que nos arropa. ¡Qué pena! Gracias Equipo. Con cada entrega dan vida a la vida.

Atentamente,

GOleo. 6/18/08 3:53 PM

sábado, 7 de junio de 2008

ANECDOTAS DEL SUR PROFUNDO

Las cañas de Ramón Oliva

Por Feliciano Liranzo
Ramón Oliva descubrió un día, por qué las matas de cañas que sembraba en el patio de su casa, nunca nacían, nunca crecían.

Era extraño, pues el patio de la casa de doña Oliva, su mamá, estaba bien cercado y por lo tanto los puercos no podían entrar. Solo Morena de vez en cuando entraba al patio, y siempre tenía su comida consigo, frescas hierbas que le traía don Osvaldo Ramírez de la loma.
Por supuesto Morena, era una hermosa mula propiedad del señor Ramírez, el padre de Ramón, que ya era parte de la familia. Este cuadrúpedo lo único que le faltaba era hablar.
Por mi parte yo era vecino de Ramón Oliva y no había ninguna diferencia entre mi casa y su casa. Había mucha confianza de ambas partes, tanto así que si yo comía en su casa no se consideraba que estaba comiendo en casa ajena. Además, cuando yo necesitaba un lápiz o un lapicero, para hacer mis tareas escolares, iba a donde Ramón y lo tomaba prestado, claro se lo devolvía tan pronto terminaba.
Lo que nunca pude devolverle a Ramón eran las cañas que sembraba. ¡Oh sí! Yo con marcada inexperiencia en agricultura, nunca vi la diferencia entre una planta de caña y una caña lista para comer.
En mis adentros me decía ´´wao, este pedazo de caña está bueno, yo me lo voy a comer´´… y entonces procedía a devorar la parte comestible de la planta.
¡Bueno! Un día Ramón me encontró masticando una de las plantas de caña que había sembrado, y ahí mismo descubrió el misterio de la desaparición de su producto agrícola.
¡Eso sí! Inmediatamente fue donde doña Elena, mi mamá, y le dio una contundente advertencia:
´´Mire doña Elena ahí encontré a este Liquiria comiéndose las cañas que yo siembro… si lo vuelvo a encontrar le voy a dar cuatro palos a su muchacho de la mierda´´.
Doña Elena sabía que eso eran cosas de muchachos, y que en un tiempo relativamente corto las cosas se iba a arreglar.
Y así fue. A las pocas horas la hermandad pudo más que cualquier desavenencia y ya en la tarde andábamos Ramón y yo jugando en el patio de su casa y la mía, que juntos formaban una sabana. Eso sí, aprendí que era mejor dejar que las cañas nacieran y se desarrollaran. Y entonces Ramón pudo ver la obra de sus manos, cuando el patio de su casa se llenó de frondosas matas de cañas. Y nunca dejé de comer caña y guineos maduros que traía don Osvaldo de la loma.
Su comentario a hondovallesur@hotmail.com

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