jueves, 18 de septiembre de 2008

ANÉCDOTA DEL SUR PROFUNDO

El gran susto

Por Julio César Liranzo
En mi más reciente viaje a mi querido Hondo Valle tuve el grato placer de saludar y abrazar a Tullío, hombre laborioso que lo recuerdo, imposible alguien tan amante de los panes como yo lo vaya a olvidar, por el olor a pan caliente cada mañanita y luego de nuevo al atardecer, que salía de su panadería, en esos tiempos muy cercana a mi antigua casa.
Tullío no residía en su lugar de trabajo, lo hacía con su familia en un lugar no muy distante a la panadería. Cierta vez nuestro amigo parece que estaba disgustado por alguna situación que desconocemos, razón por la cual el gran trabajador, se había tomado unos tragos, y se temía por él porque llegó la tarde y la noche y el hombre nada de aparecer.
No recuerdo exactamente cómo fue, recuerden que contaba con 5 ó 6 años, tal vez menos, pero recuerdo que a alguien se le ocurrió mirar por una hendija de la panadería-repostería, que estaba cerrada, y “vio” a Tullío “colgando” de uno de los travesaños del techo…………. Cundió el pánico y corrió la versión por todo el pueblo, de que éste se había ahorcado………..
Se organizaron brigadas y cuando iban a derribar las puertas….. apareció nuestro protagonista preguntando -“qué es lo que pasa aquí”…. El susto fue mayúsculo….. pero luego se explicó que lo que la persona había visto era el pantalón de Tullío colgando y éste pasaba plácidamente su “jumo”, descansando y echando una ‘pavita’... en una cama que tenía allí.
Todo quedó explicado y nuestro panadero siguió vivito y coleando haciendo sus sabrosos panes….. pero los niños del barrio ninguno osaba pasar por la panadería de noche…. por temor a alguien a quien veíamos todo el día.

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