¿Picho o Adelo?
Adelo Montero hoy
Por Feliciano Liranzo
Para la nueva generación que no conoció a Picho, ahí le va. Este era un joven muy dedicado. Siempre se pasaba trabajando con su padre don Bolo Merán, y se había hecho todo un experto en la agricultura. Manejaba los bueyes de forma magistral, para arar la tierra y prepararla para la siembra.
Para la nueva generación que no conoció a Picho, ahí le va. Este era un joven muy dedicado. Siempre se pasaba trabajando con su padre don Bolo Merán, y se había hecho todo un experto en la agricultura. Manejaba los bueyes de forma magistral, para arar la tierra y prepararla para la siembra.
En el aspecto personal era amable y gustaba mucho ayudar a los demás de acuerdo a sus posibilidades. Pero, había un problema involuntario, porque en ciertas épocas del año, Picho, sufría de serios trastornos mentales y se volvía violento, hasta el punto de que había que amarrarlo, para evitar que destruyera la casa o le hiciera daño físico a otra persona.
En esas circunstancias de locura, era difícil conocer a aquel muchacho que en condiciones normales era apacible y amigable.
En la otra parte está Adelo, mi tío y quien vivía no muy lejos de Picho. En ese tiempo Adelo, era también fuerte físicamente hablando. Y también era muy buen vecino y siempre dispuesto a hacer el bien a los demás.
Cuando Picho se ponía mal, debido a la enfermedad que padecía, era Adelo quien ayudaba a don Bolo a tranquilizarlo, para poder llevarlo al hospital psiquiátrico, lugar donde sanaba tiempo después y luego retornaba a Hondo Valle.
Imagínese este cuadro: Picho y Adelo enfrascado en una lucha cuerpo a cuerpo, como dos toros enfrentados. El uno queriendo controlar al otro, y el otro procurando no dejarse doblegar.
Un día en esos menesteres de forcejeos, Picho retó a Adelo con esta frase que se quedó para siempre entre las personas del entorno:
En esas circunstancias de locura, era difícil conocer a aquel muchacho que en condiciones normales era apacible y amigable.
En la otra parte está Adelo, mi tío y quien vivía no muy lejos de Picho. En ese tiempo Adelo, era también fuerte físicamente hablando. Y también era muy buen vecino y siempre dispuesto a hacer el bien a los demás.
Cuando Picho se ponía mal, debido a la enfermedad que padecía, era Adelo quien ayudaba a don Bolo a tranquilizarlo, para poder llevarlo al hospital psiquiátrico, lugar donde sanaba tiempo después y luego retornaba a Hondo Valle.
Imagínese este cuadro: Picho y Adelo enfrascado en una lucha cuerpo a cuerpo, como dos toros enfrentados. El uno queriendo controlar al otro, y el otro procurando no dejarse doblegar.
Un día en esos menesteres de forcejeos, Picho retó a Adelo con esta frase que se quedó para siempre entre las personas del entorno:
“¡Vamos a ver si es Picho o es Adelo!”
Esta frase la usamos todavía cuando nos encontramos con dos situaciones antagónicas, en la que existe la incógnita de cuál de las dos partes tendrá la razón.
A veces me rio solo en mi lugar de trabajo y me pongo a pensar en aquellos tiempos, cuando veo una lucha igual a aquella que libraban estos dos colosos. Me refiero al enfrentamiento amistoso entre compañeros de labores y una situación difícil de resolver en el momento. Ellos, armándose de valor se retan a sí mismos y a viva voz expresan: “¡Vamos a ver si es Picho o es Adelo!”.
Una frase que nos hemos encargado, sin quererlo, de que traspase los mares internacionales. Una frase con una clara connotación: Si usted vence, es Adelo. Si usted sale vencido, es Picho.
¿Por qué? Pues al final de aquella lucha, Adelo siempre salía ganando al doblegar a Picho para llevarlo al lugar donde semanas después se sanaría. Un acto bondadoso y humanitario por parte de Adelo y digno de imitar.
Una muestra de que muchas veces perdiendo se gana. Porque cuando Picho perdía, conseguía el camino hacia su recuperación. Lamentablemente, tampoco pudo vencer a la muerte y se fue a destiempo, pero lo recordamos con amor fraternal, y usamos su frase cada vez que encontramos la ocasión: “¿Es picho o Adelo?”.
(Su comentario a hondovallesur@hotmail.com)
A veces me rio solo en mi lugar de trabajo y me pongo a pensar en aquellos tiempos, cuando veo una lucha igual a aquella que libraban estos dos colosos. Me refiero al enfrentamiento amistoso entre compañeros de labores y una situación difícil de resolver en el momento. Ellos, armándose de valor se retan a sí mismos y a viva voz expresan: “¡Vamos a ver si es Picho o es Adelo!”.
Una frase que nos hemos encargado, sin quererlo, de que traspase los mares internacionales. Una frase con una clara connotación: Si usted vence, es Adelo. Si usted sale vencido, es Picho.
¿Por qué? Pues al final de aquella lucha, Adelo siempre salía ganando al doblegar a Picho para llevarlo al lugar donde semanas después se sanaría. Un acto bondadoso y humanitario por parte de Adelo y digno de imitar.
Una muestra de que muchas veces perdiendo se gana. Porque cuando Picho perdía, conseguía el camino hacia su recuperación. Lamentablemente, tampoco pudo vencer a la muerte y se fue a destiempo, pero lo recordamos con amor fraternal, y usamos su frase cada vez que encontramos la ocasión: “¿Es picho o Adelo?”.
(Su comentario a hondovallesur@hotmail.com)