viernes, 9 de octubre de 2009

ANÉCDOTAS EN EL SUR PROFUNDO

Las borracheras de mi tío Adelo


POR CARLOS MANUEL LIRANZO

Mi tío Adelo siempre ha tenido problemas cuando las copas se les pasan de cuentas. Desde pequeño Félix y yo, siempre tuvimos que recoger a mi tío en algún lugar: El bar de Niño, el bar de Valé, el bar de Chichito, el billar de Virgilio, el mercado, la cuneta del rio, solo por mencionar algunos de los lugares más frecuentes, porque habían muchos más.

En una ocasión lo sacamos del colmado de Niningo, pues estaba El “Americano” disfrutando de un refresco Orange Crush (de naranja) y un polvorón. Mientras comía se le ocurrió poner el refresco en el mostrador. Adelo llegó y rápidamente se abrazó de la botella y se pegó un trago y la devolvió a su lugar. El Americano, muy pero muy molesto le dijo: "Adelo... eso son frescuras tuyas ... tómatelo todito”. A mi tío Adelo le pareció esto de muy mal gusto y se aferró a un cuchillo de mesa que fácilmente le quitamos y nos lo llevamos a dormir.
Dice el refrán que “el tiempo lo cura todo”, pero, en una de nuestras últimas visitas a Hondo Valle reflexionábamos en aquellos momentos difíciles, que tío Adelo nos hizo enfrentar en el pasado. Para sorpresa nuestra Adelo hizo acto de presencia con el mismo jumo de hace 20 años atrás.

En seguida le pusimos manos a la obra, lo cargamos prácticamente, y nos lo llevamos al El Cruce a la casa de nuestra fallecida abuela Doña Carmita. Allí lo acostamos y lo arropamos y nos dirigimos nuevamente al centro del pueblo, en donde nos esperaban nuestros amigos.
Lo que sucedió después no lo podíamos creer.... desde el parque divisamos en la puerta del bar, nada más y nada menos que la figura de tío Adelo.
“¡Quizás no ha mejorado sus hábitos de tomar... pero la velocidad la ha mejorado bastante!”. Exclamó Félix.

Envía tu anécdota a hondovallesur@hotmail.com

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