Continúo esta remembranza con una anécdota que me ocurrió en el Río Caña en la zona de Comendador, cuando apenas contaba con unos once o doce años.
En una ocasión un grupo de jóvenes fueron a disfrutar de las aguas del río y algunos de los más pequeños nos colamos para participar en el baño. Todo iba de maravilla, los más mayores penetraban a lo más profundo y los pequeños nos quedábamos en la orilla; todos disfrutábamos al máximo como siempre solíamos hacer.
Pero en estas aventuras muchas veces ocurría lo inesperado. En un abrir y cerrar de ojos yo me acerqué donde estaban los muchachos más grandes, pero ninguno de ellos lo notó; pensaban quizás que era uno más y resulta que me estaba llenando de agua, porque me estaba ahogando.
Recuerdo que yo quería llamar por ayuda pero no podía, quería nadar hacia afuera, pero al contrario avanzaba a la profundidad, era realmente un momento difícil, desesperante.
Pero en estas aventuras muchas veces ocurría lo inesperado. En un abrir y cerrar de ojos yo me acerqué donde estaban los muchachos más grandes, pero ninguno de ellos lo notó; pensaban quizás que era uno más y resulta que me estaba llenando de agua, porque me estaba ahogando.
Recuerdo que yo quería llamar por ayuda pero no podía, quería nadar hacia afuera, pero al contrario avanzaba a la profundidad, era realmente un momento difícil, desesperante.
La situación se tornaba bastante agria, y la comparo con una persona que tiene una horrible pesadilla y quiere despertar, pero no puede.
Pero como Dios nunca abandona a sus hijos, uno de los muchachos del grupo de nombre Eude (EPD), el cual era uno de los que más sabía nadar, se dio cuenta de que me estaba ahogando y de inmediato me sacó del charco.
Pero como Dios nunca abandona a sus hijos, uno de los muchachos del grupo de nombre Eude (EPD), el cual era uno de los que más sabía nadar, se dio cuenta de que me estaba ahogando y de inmediato me sacó del charco.
Todos se asombraron ya que desconocían la situación, y cuando me sacaron, me auxiliaron y me llevaron a la casa llegando el grupo a un acuerdo para no decir nada de lo que pasó y así evitar una represalia o pela, de los mayores.
Yo en particular no dije nada a mi mamá, ya que si lo decía no me iban a dejar volver con el grupo, pero tomé mis precauciones en otros encuentros similares y aprendí a cuidarme en ese sentido.
¿Usted, ha tenido una aventura similar , cuentéla aquí?
Yo en particular no dije nada a mi mamá, ya que si lo decía no me iban a dejar volver con el grupo, pero tomé mis precauciones en otros encuentros similares y aprendí a cuidarme en ese sentido.
¿Usted, ha tenido una aventura similar , cuentéla aquí?
BLAS LIRANZO LORENZO. hondovallesur@hotmail.com