POR CARLOS M. LIRANZO M.
Estados Unidos.- Era una mañana cualquiera que estaba a punto de tornarse en una de las pesadillas más grandes vividas en la colectividad de este país. Estaba en camino el plan 911. El 9-11, como luego se le llamó a aquel atentado terrorista, dio un nuevo giro a la historia de este país y del mundo. Hoy se cumplen ocho años de aquel abominable hecho.
Un testigo ocular del hecho nos cuenta: “aquel día, yo me encontraba en el aula de la escuela Charles J. Hudson Middle School, en Elizabeth New Jersey. Recuerdo que alguien se asomó a la ventana y dijo: ¡Prendan el televisor, pongan el noticiero!”
Pedro Ferrer agrega: “Para nuestro horror pudimos ver uno de los edificios prendido en fuego. El reportero, en un tumulto de palabras, explicaba que el World Trade Centre se encontraba prendido en llamas por el estallido de un avión."
“Salimos al pasillo de la escuela y a lo lejos pudimos divisar una nube negra de humo que cubría uno de los edificios, volvimos al aula de clase y presenciamos el segundo avión estrellarse contra el otro edificio, ya para cuando regresamos afuera, ¡El edificio se había derrumbado!, volvimos al televisor, tan solo para presenciar cómo se derrumbaba el segundo edificio”. Nos cuenta Ferrer.
Lamentablemente, en menos de 8 años, casi nadie recuerda el 911, y aquel día que se tornó “en el horror a la vista del mundo”, dejó como saldo casi 3,000 muertos contando las víctimas de los aviones, los ocupantes de los distintos edificios y los valientes hombres que perdieron sus vidas salvando las vidas de otros.
Compartimos el dolor de los familiares de aquellas víctimas, quienes en su mayoría no comprenden ‘la política envuelta’, no comprenden ‘las razones envuelta’, no comprenden ‘el por qué hoy sus seres queridos no están con ellos’, lo que sí comprenden, es que sus seres amados murieron, y que no hay ‘monumentos levantados’, que quiten el dolor indeleble que ellos sienten.