La Casa Curial:
Un edificio Lleno de historia
POR: CARLOS M. LIRANZO M.
Una de las maravillas de todos los tiempos en Hondo Valle es ‘La Casa Curial’, el edificio más alto del pueblo desde su fundación.
Llena de utilidades e historia, La Casa Curial, ha sido mucho más que para lo que originalmente fue creada. Desde mediados de los años 50’s, este imponente edificio, creado para ser habitado por los misioneros católicos, que en su mayoría eran de descendencia española, se ha usado también como centro docente por varios años, centro de enseñanza de artes para mujeres, escuela de música, escuela bíblica, casa del Club Juhova, centro de votación, etcétera., etcétera.
También, ha sido casa de leyendas, medias verdades y verdades completas. En mi infancia muchos alegaban haber visto sombras pasearse por la segunda planta del edificio, leyenda que solo se escuchaban de tercera personas, pues no conocí a nadie que viera dichas sombras.
Las medias verdades circulaban con más propiedad, se dice que ante varios testigos, Derbi el hijo del fenecido Teó, se lanzó del techo de esta colosal construcción con la ayuda de una sombrilla, quien, y según dicen los entendidos en el asunto, salió sin un rasguño, y que además cayó parado.
Las verdades que vienen a mi memoria son muchas, algunas historias de amor, algunos pleitos de muchachos, la creación del Club de Jóvenes que salió en competencia al Club JUHOVA, y luego fuera absorbido por este y la historia de dos grandes: Don Liranzo Y el Dr. Rafael.
El Doctor. Rafael era un doctor muy querido por el pueblo de Hondo Valle, muy aplicado a su trabajo, pero en su tiempo libre, también le gustaba el trago, y cuando este se le iba a la cabeza, se ‘les desarrollaban las artes tanto de enseñar, como la de manejar’, y una combinación de estas dos, resultaba sencillamente “letal”.
Esa noche Rafael se decidió ha ‘enseñar a Liranzo a como manejar’, una tarea que “sobrio”, resultaba muy dificil, pues en varios intentos Alfredo, que servía en ese entonces de chofer del ayuntamiento, había tratado de enseñar a Liranzo, en ese entonces el Sindico Municipal, y no había salido victorioso en ninguna de las ocasiones.
El Dr. Rafael fue, a mediados de las 12 de la noche y levantó a Don Liranzo de su cama, y lo condujo alrededor del pueblo, ya bajando por La Casa Curial, estaba convencido de que el alumno tenía suficiente teoría y necesitaba un poco de práctica. Puso a Don Liranzo al volante, y “Casi con acción inmediata, el carro se estrelló en una de las colosales paredes de aquel armazón de cemento”, como resultado, quedó un carro chocado, un Sindico con lecciones leves y un Doctor en la cama del hospital, ¡precisamente en donde tenía que estar!...Y con semejante borrachera no podía encontrar mejor lugar…Su habitación.
Carlos M. Liranzo M.
También, ha sido casa de leyendas, medias verdades y verdades completas. En mi infancia muchos alegaban haber visto sombras pasearse por la segunda planta del edificio, leyenda que solo se escuchaban de tercera personas, pues no conocí a nadie que viera dichas sombras.
Las medias verdades circulaban con más propiedad, se dice que ante varios testigos, Derbi el hijo del fenecido Teó, se lanzó del techo de esta colosal construcción con la ayuda de una sombrilla, quien, y según dicen los entendidos en el asunto, salió sin un rasguño, y que además cayó parado.
Las verdades que vienen a mi memoria son muchas, algunas historias de amor, algunos pleitos de muchachos, la creación del Club de Jóvenes que salió en competencia al Club JUHOVA, y luego fuera absorbido por este y la historia de dos grandes: Don Liranzo Y el Dr. Rafael.
El Doctor. Rafael era un doctor muy querido por el pueblo de Hondo Valle, muy aplicado a su trabajo, pero en su tiempo libre, también le gustaba el trago, y cuando este se le iba a la cabeza, se ‘les desarrollaban las artes tanto de enseñar, como la de manejar’, y una combinación de estas dos, resultaba sencillamente “letal”.
Esa noche Rafael se decidió ha ‘enseñar a Liranzo a como manejar’, una tarea que “sobrio”, resultaba muy dificil, pues en varios intentos Alfredo, que servía en ese entonces de chofer del ayuntamiento, había tratado de enseñar a Liranzo, en ese entonces el Sindico Municipal, y no había salido victorioso en ninguna de las ocasiones.
El Dr. Rafael fue, a mediados de las 12 de la noche y levantó a Don Liranzo de su cama, y lo condujo alrededor del pueblo, ya bajando por La Casa Curial, estaba convencido de que el alumno tenía suficiente teoría y necesitaba un poco de práctica. Puso a Don Liranzo al volante, y “Casi con acción inmediata, el carro se estrelló en una de las colosales paredes de aquel armazón de cemento”, como resultado, quedó un carro chocado, un Sindico con lecciones leves y un Doctor en la cama del hospital, ¡precisamente en donde tenía que estar!...Y con semejante borrachera no podía encontrar mejor lugar…Su habitación.
Carlos M. Liranzo M.