MEMORIAS DEL EMIGRANTE

JUSTO A TIEMPO:
“¡Un ladrón, un ladrón!”

POR: BLAS LIRANZO

En nuestro país, que aún dicen que es uno de los más seguros de América, pasan cosas que cualquiera pone en dudas esa afirmación. Yo creo que algunas décadas atrás esa tesis era cierta, pero hoy en día, con las cosas que aquí suceden, dicha tesis queda lejos de la verdad.

Hace unos días, sin proponérmelo, me encontré en medio de un acto imprevisto y desagradable, pero gracias a Dios solo como mediador, con el perdón del monseñor Agripino Núñez Collado que usurpé sus funciones.

Sucedió que visitaba junto a mi esposa Jacqueline, un centro costurero en la Avenida Independencia de la ciudad Capital, frente al Supermercado Princesa, para quienes lo conocen.

CUANDO ESTAMOS DENTRO DEL LOCAL DEL COSTURERO, el olor a ropa, los recortes de las telas, entre otras cosas me quisieron revoletear la rinitis o sinusitis, por lo que opté por salir del local.

Y justo en la puerta de salida voy cotejando el celular que llevo por fuera dentro de su estuche y en ese momento un joven en un motor estaba halándole la cartera a una señora.

Ella gritó: -“un ladrón, un ladrón”... y yo como perturbado avancé hacia ellos pero el joven soltó la cartera y se fue... al minuto se llenó el lugar de curiosos y luego llegó la policía.
La señora me agradeció y me dijo que tanto ella como el ladrón pensaban que yo estaba desenfundando una pistola, pero yo le dije que no, que solo ponía la mano en el móvil, y que le diera gracias a Dios que me pudo guiar a ese lugar en ese momento.

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