5 de Febrero, Sector La Matanza, Venezuela. Vecinos de dicho sector, persiguen un ‘presunto violador’, al alcanzarlo lo golpean con bates, piedras e incluso tiros. Arrastran su cuerpo atado a una moto y lo llevan por todo el barrio, lo golpean de nuevo, lo rocían con gasolina y lo ven quemarse hasta morir. (Talcual Digital.com).
25 de Agosto 2008 Terra, Colombia. Taxista atacan a puños y patadas a “tres supuestos asaltantes”, matando a uno de ellos y dejando a dos de ellos heridos de gravedad. (Terra, Colombia).22 de Julio, 2008, Tegucigalpa, Honduras. Tres jóvenes fueron ejecutados en la Colonia Reynel Fúñez, este hecho fue atribuido a miembros de un grupo organizado con el objetivo de “velar por la seguridad” del vecindario. (El Heraldo hn).
Cientos de historias como estas se repiten en México, Centro América, El Caribe y muchas otras partes del mundo. Gente desesperada por la violencia, y en muchos casos, desesperados por la indiferencia de las autoridades pertinentes, deciden “hacer justicias por sus propias manos”.
Cientos de historias como estas se repiten en México, Centro América, El Caribe y muchas otras partes del mundo. Gente desesperada por la violencia, y en muchos casos, desesperados por la indiferencia de las autoridades pertinentes, deciden “hacer justicias por sus propias manos”.
Desde muy temprano en la historia, el escoger a alguien para ser juez era un proceso cuidadoso, tenía que llenar los requisitos de ser leal, bondadoso e imparcial. Era obvio que ‘cualquier persona de la calle’ no estaría capacitada para semejante responsabilidad.
Ese alguien, desempeñaba el papel de “declarar culpable o inocente” al acusado, lo que conllevaría a sopesar los hechos, los motivos, las pruebas y la condición mental de la persona en cuestión. ¡Era una dura responsabilidad!Hoy el proceso de escoger un juez es tan cuidadoso como antes. Se eligen a personas capacitadas –en su mayoría abogados- para que juzguen con imparcialidad, a los acusados, que de hecho, son inocentes hasta ser declarado culpable por dicho juez o por un jurado competente.
Ese alguien, desempeñaba el papel de “declarar culpable o inocente” al acusado, lo que conllevaría a sopesar los hechos, los motivos, las pruebas y la condición mental de la persona en cuestión. ¡Era una dura responsabilidad!Hoy el proceso de escoger un juez es tan cuidadoso como antes. Se eligen a personas capacitadas –en su mayoría abogados- para que juzguen con imparcialidad, a los acusados, que de hecho, son inocentes hasta ser declarado culpable por dicho juez o por un jurado competente.
Es cierto que no todos los cuerpos judiciales cuentan con buena reputación, pero no podemos perder la confianza en aquellos hombres que sí están haciendo su trabajo: “Aplicando la justicia...tan ciega como aparece en el ícono que la representa”.
El tomarnos la justicia en nuestras manos es peligroso, y una de las razones es que no estamos capacitados para dicho privilegio. La justicia más grande es la Justicia Divina, y hasta el mismo Jehová Dios instituyó un sistema de “Jueces aprobados” para que juzgara a su pueblo en más de una ocasión.
En conclusión...la línea que divide a un criminal y a alguien ‘tomándose la justicia en su propias manos” es una línea muy fina, esto lo pudimos notar en los tres titulares que vimos al comienzo de este artículo.
Hay personas que ‘verían esto bien’, pero la gran mayoría se quedarían con miles de preguntas sin contestar, y con la pregunta en mente de si esta persona era ¿Culpable o inocente?
¡Qué nunca nos encontremos en la situación de ser ‘culpable de un crimen’ tratando de poner justicia con nuestras propias manos!
Hay personas que ‘verían esto bien’, pero la gran mayoría se quedarían con miles de preguntas sin contestar, y con la pregunta en mente de si esta persona era ¿Culpable o inocente?
¡Qué nunca nos encontremos en la situación de ser ‘culpable de un crimen’ tratando de poner justicia con nuestras propias manos!
CARLOS MANUEL LIRANZO. hondovallesur@hotmail.com