jueves, 28 de abril de 2011

PALABRAS VIVAS

Aprenda a Darse
Otra Oportunidad




Al finalizar un día común, los quehaceres del diario vivir, nos dejan sin fuerzas para realizar cualquier otra actividad. No por eso se nos acaban las cosas por hacer. Y así sin fuerzas, tenemos que realizar todas las actividades extras que nuestros amigos, familiares u otras entidades sociales esperan que realicemos sin demora.


Lo cierto es que aunque queremos hacer todo y cuanto podamos para cumplir con estas responsabilidades, muchas veces quedamos ‘corto en el intento’, lo que trae, una caída de la autoestima, depresión y, aunque raras veces, pensamientos suicidas.

¿Se ha sentido usted así alguna vez? Muchos no lo admitirán, pues estas situaciones nos agobian tanto, que a veces preferimos pensar que no están pasando, que son solo pesadillas que desaparecerán con la llegada del alba, lo que dará comienzo a un nuevo día que definitivamente tendrá ‘sus propias preocupaciones’, entonces… ¿Qué debemos hacer?

Puesto que cada situación es diferente en mayor o menor grado, la manera de actuar también va a ser diferente en cada persona. Recuerde que estamos hablando de “situaciones comunes que nos pasan de vez en cuando debido a la mucha presión. Y hasta la olla de presión, cuenta con una válvula de escape, ¿Cuál sería nuestra válvula de escape? “Darse otra oportunidad”.

Quizás la situación suya sea exceso de trabajo, demasiadas actividades o quizás se sienta exhausto por los quehaceres del hogar.
Una madre que tiene tres niños y un trabajo que atender, puede llevar una rutina como la siguiente: “Se levanta a las 4:30 de la mañana, se baña, a las cinco prepara el desayuno de los niños, a las seis los despierta, asegurándose que se bañen, cepillen, se arreglen y se desayunen. A las siete los lleva a la escuela y tiene que llegar a las ocho al trabajo… por lo
general a un jefe que se pregunta ‘por qué ella llega siempre cinco minutos tarde’.

Esta madre a penas ha comenzado el día, con ese ritmo de vida, su llegada al hogar no puede ser halagador. "Hogar dulce hogar”, a ella no le parece tan dulce, pues tiene que atender sus necesidades de la casa, cocinar, lavar, planchar y quizás atender a un esposo exigente. ¿Cree usted que esta madre no tendría razón si les pasaran pensamientos negativos por la cabeza? ¡Claro que sí!

Pero… ¿Qué la sostiene a ella? El instinto de madre es mucho más grande que cualquier presión, y se levantará al día siguiente con el mismo estado de ánimo diciendo: “Hoy me voy a dar otra oportunidad”.
Cuando les embarguen los pensamientos negativos, piense en esta madre y pregúntese ¿Por qué no me doy hoy OTRA OPORTUNIDAD? De seguro que no se arrepentirá y al final del día estará preparado para enfrentar las inquietudes de un nuevo día.

Haga suya las palabras de Nuestro Señor Jesucristo cuando dijo: “Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad. (Mateo 6:34) Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.


Nota: “Si estos pensamientos son persistentes y no esporádicos, lo mejor es visitar a un facultativo especialista en la materia, mientras más pronto busque ayuda, mejores serán sus posibilidades de curación. Algunos síntomas que hay que ponerle atención según “La revista Medical Tribune” son: “El hablar constantemente del suicidio, la pérdida de interés en vivir, no poder dormir, pérdida del apetito, pérdida del empleo, y otros síntomas parecidos”.


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