POR: CARLOS MANULE LIRANZO M.
La asunción de Cristóbal Colón, a quién se le acredita el descubrimiento de América, de que la tierra era redonda, estaba basada en su alto conocimiento en cartografía. Este experto marinero, no se lanzó de la nada a emprender aquel ambicioso viaje, conocía bien sus proyectos y tenía clara sus metas.
Ya para cuando se presentó ante los reyes católicos de España, este genovés tenía dos objetivos claro: “El traer riquezas extranjera a la Madre Patria, España y la teoría de que la tierra era redonda”.
Aquella teoría no podía tomarse a la ligera, porque era prácticamente ‘desconocida’. Precisamente aquel miedo a los ‘desconocido’, fue lo que llevó a los ‘entendidos’ a sacar conclusiones ilógicas y a veces hasta ridículas. Al no tener base en qué creer, se forzaron a ‘creer cualquier cosa’ que se cruzara en su camino.
Aquella teoría no podía tomarse a la ligera, porque era prácticamente ‘desconocida’. Precisamente aquel miedo a los ‘desconocido’, fue lo que llevó a los ‘entendidos’ a sacar conclusiones ilógicas y a veces hasta ridículas. Al no tener base en qué creer, se forzaron a ‘creer cualquier cosa’ que se cruzara en su camino.
Ideas tan ridículas como la de los egipcios que creían “que la tierra estaba soportada por pilares”, los griegos que aseguraban “que el dios Atlas la sostenía en sus manos, y otras más tales como que “la sostenía un elefante parado sobre una tortuga que nadaba en un mar cósmico”, eran irrefutables y puestas a la vista del público en calidad de “postulado”, sin la necesidad de demostración para creerlo.
Esta forma de pensar que cautivó al mundo existente, nubló la mente de muchos que llegaron a creer que acercarse a las orillas de la tierra, representaba un peligro para aquellos que lo trataran, quienes sufrirían una caída inevitable.Los científicos que ‘se precipitaron a contradecir esas ideas, fueron condenados por los mismos eclesiásticos, tal fue el caso de Copérnico y Galileo con la teoría heliocéntrica (creencia de que la tierra era el centro del universo), el cual le costó la vida a este último por 'herejía' en 1633 a manos de la Iglesia Católica.
Finalmente, estos científicos con los adelantos modernos, probaron las teorías antes citadas. Y no fue sino hasta 329 años después cuando la Iglesia Católica admitió oficialmente que cometió un error en el caso de Galileo, pero para ese entonces ya era demasiado tarde.Tanto Galileo como Copérnico alegaron que esta teoría estaba acorde con “Las escrituras”, ¿Tenía esto algo de verdad? Absolutamente, el profeta bíblico Isaías, para el año 732, ya había escrito esta innegable verdad: ” Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra” (Isaías 40:22), Y el patriarca Job alrededor del 1600 antes de Jesucristo expresó: “Él está extendiendo el norte sobre el lugar vacío, colgando la tierra sobre nada” (Job 26:7).
La terquedad de los religiosos de ese tiempo, no les permitió ver la verdad, tan solo para aceptarla cuando la ciencia descubrió “Un descubrimiento, que siempre ha estado al descubierto en la palabra de Dios la Biblia.”