El Vecinito del Profesor Mariano
POR: JULIO CÉSAR LIRANZO
En los inolvidables dias de nuestra residencia en Hondo Valle, a los 5 ò 6 años de edad, uno de mis pasatiempos favoritos era caminar de aquì para allà por el amplio patio de nuestra residencia ubicada en plena Avenida Duarte.
Ni mis padres ni mis hermanos han sido por tradición criadores ni sembradores de nada, mi padre ocupaba para la ocasión la sindicatura del pueblo y mi madre ejercía las funciones de encargada de meteorología, por lo cual, en el patio era algo aburrido para un niño, puesto que no habìan sembradíos ni animales....... ah pero en el patio de al lado sí habían, ese era justo el del distinguido y admirado Profesor Mariano Acosta.
Don Mariano poseía patos, pollos, creo que pavos...y hasta me parece que alguna vez uno que otro loro o perico... era un hombre de gran sensibilidad y muy dedicado a sus labores de criar y cuidar a sus animales, mantenièndolos siempre límpios y bien alimentados. Ambos patios colindaban con los terrenos del Ayuntamiento y se dividìan con frondosos arbustos de cayena... estos me proporcionaban el lugar ideal para "emboscar" los pollitos de las gallina de Don Mariano.. .y adivinen qué era lo más divertido para mí........verlos y oirlos piar desesperados desde el fondo de la letrina en donde yo los depositaba...
Era yo tan desaprensivo, que cierta vez en que no habían pollitos o que los que habían no se dejaban atrapar, enviè al mismo destino un precioso perrito...¿ Què de quièn era el perrito?...de Don Mariano, por supuesto....pero creo que a ese lo pudieron sacar con vida........Gracias a Dios..... En mi último viaje a Hondo Valle,Yo ya reformado de esa dañina pràctica, visitè a Don Mariano y su sensacional esposa Doña Teté...primero porque esa es una visita obligada y segundo porque uno recibe allí las mejore atenciones posibles... y conversando con Mariano, frente a su casa, una camioneta pisò ligeramente uno de sus pollos y yo corrí rápidamente, le lavè las heridas y pude improvisar una forma de entablillarle la pata lesionada, por lo que el pollo pudo recuperarse y caminar por sì sòlo.......
Don Mariano observa todo... piensa y dice..."¡Caramba...la gente sí cambia!"
*Foto del Profesor Luis Mariano Acosta. HovaImagen.
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