Primera Guerra Mundial
CONTRA EL HAMBRE
Las grandes soluciones fueron ideadas un día, por alguien, en un momento dado, por una imperiosa necesidad, talvez. Como ésta. ¿Y qué tal entonces proponer a las Naciones Unidas, a todos los gobiernos de la Tierra, al mundo entero: La Primera Guerra Mundial Contra el Hambre?
IMAGÍNESE usted la gran cantidad de recursos que las naciones invierten en la compra o fabricación de armamentos.Imagínese usted ahora, emplear esos recursos en la compra de implementos agrícolas para la producción de alimentos destinados a la humanidad.
Y es verdad que si esto sucede, el grupito que se beneficia del negocio de las guerras va a sentirse insastifecho con esta obra colosal a favor del reino humano, animal y vegetal; pero es verdad también que millones de personas van a disfrutar de comer por lo menos una o dos veces al día… y con en el tiempo tres.
Y para aquellos fabricantes de armas, animarles a que cambien el negocio para fabricar muchos implementos agrícolas. Es buen negocio también, porque se va a necesitar mucha tecnología, y habrá dinero para comprarlas, porque cuestan menos que las armas de destrucción masiva. Que centren su esfuerzo en construir la última tecnología en instrumentos productivos.
Los sofisticados instrumentos de guerra son caros y solo sirven para destruir personas. En cambio, los agrícolas son más baratos comparados con los anteriores, y sirven para dar vida, para alimentar a las personas.
Las guerras destruyen… los alimentos sostienen a los individuos. ¿Cuál es mejor? Por supuesto que todos saben la respuesta. Entonces, ¿por qué darle prioridad a la primera?
¡Imagínese esta escena! Todos los países participando en la Primera Guerra Mundial Contra el Hambre. Miles de aviones artillados de medicina, repletos de alimentos, esparciendo vida por todos los continentes, en una guerra sin cuartel contra el cáncer de la hambruna.
Barcos llenos de implementos agrícolas para ser repartidos por doquier, con el objetivo de poner a producir hasta el terreno más infertil del planeta.
Siga imaginándose. Miles de aviones participando en la guerra contra el hambre, aplaudidos donde quiera que llegan, junto a miles de técnicos y profesionales de la agronomía realizando proyectos agrícolas en todas partes de nuestro planeta.¡Imagínese usted! Miles de tractores entrando en África o en Afganistán, en vez de tanques de guerra.
Palas, picos, azadas; en vez de rifles, ametralladoras, pistolas.
Bombas de agua para regar los sembradíos, en vez de bombas peligrosas para regar sangre.
Entrenamientos agrícolas para los labradores del campo, en vez de entrenamientos militares para pelear en los campos de combates.
Aviones llenos de médicos y medicamentos entrando a un país pobre, en vez de aviones llenos de médicos para curar a los heridos de guerra.
Suma y vivirás, en vez de “Divide y vencerás".
Es mi derecho a soñar.
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