Honor bien merecido
POR: BLAS LIRANZO LORENZO
Recientemente, leyendo una comunicación enviada a esta página por el amigo y antiguo compañero de estudio Emigdio D´Óleo Pirón, me llené de alegria por el contenido de la misma.
El amigo Millón, como cariñosamente le llamamos, explicaba que el padre del volibol en Hondo Valle es el Profesor Liborio Encarnación Marcel, ya que éste fue quien lo introdujo y lo impulsó en ese pueblo, llegando a ser el municipio toda una potencia en ese deporte y por ende convirtiéndose en el primer pasatiempo de la juventud de ese entonces.
La alegría y satisfacción que sentí con esa comunicación se incrementó al abrir la página del liceo de Hondo Valle, Nuestra señora de Fátima, donde también hace referencia del profesor Liborio y el papel protagónico que desempeñó en la fundación del primer liceo del pueblo en el año 1973.
Yo como de los estudiantes pioneros de ese liceo, recordé todo el esfuerzo de los profesores de la época para que ese centro de estudio fuera una realidad, siendo la chispa inspiradora el inolvidable profesorLiborio. Este además de ser el principal ideólogo, encabezó la comisión que viajó a la Secretaria de Estado de Educación a solicitar la creación del mismo.
Esta labor fue y sigue siendo bastante significativa, ya que entiendo que en esa época no se valoraba todo ese esfuerzo que hacían, tanto el profesor Liborio como otros profesores y personas que tambián realizaron grandes cosas por el bien de ese humilde pueblo, de mucha gente buena.
No obstante el tiempo hace que los hechos históricos y sus protagonistas se les dé su justo valor, como en este caso que se reconoce lo realizado por el profesor Liborio y otras personas que también contribuyeron para que hoy muchas cosas sean una realidad en Hondo Valle.
Respecto al profesor Liborio, como uno de sus alumnos en octavo curso y vecino cercano en ese tiempo, puedo decir que tenía una peculiaridad como profesor poco común en ese entonces. Este profesor cuando compartía con nosotros sus alumnos fuera de clase, como que sabia lo que pensábamos y cuál era nuestra inquietud y qué realmente queríamos.
En ese sentido no nos trataba como alumnos sino como amigos; compartía como si fuera uno del grupo sin importarle su condición de profesor, hablando nuestro lenguaje pero dándonos los consejos que conllevaba la ocasión si era necesario.
Profesor Liborio, sé que muchos amigos y estudiantes de usted de la época al igual que yo reconocen su valor y aportes para que Hondo Valle sea un mejor pueblo y para que esa juventud de ese tiempo seamos seres pensantes que supiéramos discernir entre lo bueno y lo malo, por lo que les expresamos nuestro eterno agradecimiento y rogamos a nuestro Jehová Dios que le dé mucha salud y larga vida junto a sus seres queridos.
Opine aquí: hondovallesur@hotmail.com