POR: CARLOS LIRANZO
“Estamos solicitando su ayuda humanitaria y apelando a su buena voluntad... para recaudar fondos para...X causa”.Esta petición usted la puede recibir por teléfono, cartas, televisión, correo electrónico, radio, en las iglesias y hasta en la comodidad de su hogar.
¿Sabe usted como van a ser usados esos fondos? ¡Si no lo sabe...tenga cuidado!En los tempranos años noventas, en un pueblo de los Estados Unidos, un evangelista radial, apelaba a la buena voluntad de personas de corazón dispuesto; y alegaba tener un tiempo sumamente limitado para recolectar el dinero y comprar la emisora en donde laboraba.Casos como este sobran en todo el mundo.
Abunda una ambición entre muchos predicadores y otras personas que quieren lucrarse a costa de las personas humildes. Son hechos frecuentes como una gangrena, que se extiende rápidamente, contagiando con su habla melosa a otros miembros de la entidad a la que "sirven".
Muchos evangelistas hacen 'un mal uso de la palabra de Dios', en Malaquías 3:10, en donde se exhorta: “Traigan todas las décimas partes al almacén, para que llegue a haber alimento en mi casa; y pruébenme, por favor, en cuanto a esto —ha dicho Jehová de los ejércitos—, a ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente vacío sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia.”
Muchos tienen la osadía de exhortar a sus radioyentes a “Mandar el dinero del pago de la renta del mes”, con la promesa de que serían beneficiados más luego.
Esta “entrega de la decima parte” mencionada en este texto bíblico, no es una obligación religiosa impuesta tal y como lo era en la ley mosaica, abolida luego con la muerte de nuestro señor Jesucristo, es una entrega de lo que la circunstancia nos permite y el corazón nos impulsa”, pero extraño y como parezca algunos seguidores fieles, mirando un propósito noble, se desprenden de lo poco que tiene y colaboran con los ojos cerrados.
El punto en cuestión no es el que no podamos abrir nuestros corazones a obras que nosotros aprobamos, sino que tenemos que tener cuidado de ‘cómo lo hacemos’, para así evitar el ser decepcionados por personas corruptas que se aprovechan de la buena voluntad de personas con un corazón excepcional.
En la próxima entrega veremos un caso de estafa en los años 80’s, y daremos algunas consejos prácticos de cómo dar de corazón sin ser afectados por esas alimañas.
¿y usted qué opina? hondovallesur@hotmail.com