martes, 31 de marzo de 2009

ANÉCDOTA INVITADA

¡ASEGÚRESE!
Antes de visitar a un amigo...
POR: BLAS LIRANZO LORENZO
En días pasados estuve visitando por los predios de Los Bajos de Haina al señor Osiris Enmanuel Ventura, el cual hago algunas veces cuando visito dichos predios. Allí compartí un rato con Ramonita, doña Dolores, Nikita y otros niños de la familia que se encontraban también de visitas. Pasamos un rato muy agradable, sobretodo la música que escuchamos y el rico jugo que brindó la anfitriona de la casa fueron de primera.
Hablando allí de todo un poco, con el permiso de Mundito Espinal, me enteré que mi compadre Darío estaba con la familia en Haina
visitando a Doña Linó su madre. Bueno, le dije a Osiris que fuéramos para saludarlo tanto a él como a la familia. Allá compartimos y doña Linó me recordó una anécdota que meses atrás me había pasado precisamente en otra casa que vivían Osiris y Ramonita, la cual paso a compartir con ustedes.Resulta que cuando Osiris y su familia vivían en esa casa, ubicada como a menos de cien metros de la de doña Linó yo llegué a visitarlos y compartir con la familia, pero decidió mudarse a otra en la calle María Trinidad Sánchez en el segundo nivel, al igual que la anterior, bueno parece que el hombre le gusta lo alto, pero yo desconocía tal mudanza. Aunque él dice que me avisó de la misma, realmente yo no lo sabía.Resulta que llego a Haina e inmediatamente parto para donde Osiris, observo en la casa de doña Linó para ver si está y saludarla, pero la puerta estaba cerrada. Decido seguir, llego, subo la segunda planta llamando y haciendo bulla como de siempre, entro a la sala y me pongo a llamar a Osiris como acostumbramos a bromear: -“Animal, estás acostado todavía, como viven los ricos”, pero nadie me contesta. Paso directamente a la cocina y allí ni veo a Osiris ni a Nikita ni mucho menos a Ramonita.Al momento sale una señora y una jovencita con cara de asombro, pero yo aún sigo con mi escándalo ya que pensé que eran familia del hombre de la casa, pero por el rostro de asombro e incertidumbre que tenían me di cuenta que algo andaba mal y le pregunté: ¿Y dónde están Osiris y Ramonita? Contestándome la jovencita, “aquí no viven esas gentes, yo ni los conozco”. La señora solo me miró extrañada y no me dijo nada.Yo inmediatamente les pedí las excusas de rigor e inmediatamente abandoné el lugar, luego llegué a la casa de doña Estela en el 17, me dijeron la nueva dirección de la familia que buscaba, llegué allá y el episodio que les conté fue el tema obligado en el tiempo que estuvimos juntos. Antes de visitar la casa de un amigo cerciórese bien si no se ha mudado.
*Historia cortesía de www.haina17.blogspot.com

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