lunes, 28 de junio de 2010

VIAJES AL SUR

¡La Culpa no es del Río!

(Foto: Hova Imagen)

Por Feliciano Liranzo
¿Quié se robó mi Río? La pregunta solo es retórica. Es decir no espera una respuesta de la misma. Porque quizás no tenga una respuesta exacta, porque quizás sean muchas las razones para que alguien quiera asesinar o robarse un río.
EL RÍO CAÑA DE MI AYER YA NO ESTÁ. Aquel que tenía mucha agua, era bravo cuando crecía y fresco en las primas tardes de verano, ya no está. Hoy es solo una regola como las tantas que le sacaron para mojar la tierra fértil. ¿Necedad? ¡Mojar la tierra fértil!
¿Qué estoy diciendo? Mi río era abundante en agua. En él podíamos hacer charcos que nos daban por las narices. Bueno, éramos niños en aquel entonces, pero los grandes hacían ellos sus charcos que eran como piscinas naturales. La cantidad de agua daba para todos. Hoy sería imposible jugar a las campadas: “Ju Campá”, solíamos decir, mientras nos lanzábamos en el agua abundante, extendiendo las piernas y haciendo que el agua saltara por los aires.

Y era bravo, muy bravo. Cuando llovía torrencialmente en las montañas de su nacimiento, mi río era tan fuerte que se llevaba en claro el puente. Y aunque incomunicaba a las personas que vivían hacia El Cruce y La Fuente, siempre le echábamos la culpa a las autoridades que no hacían un puente más alto y con alcantarillas más anchas. Era que nuestro río tenía siempre la razón.
Y lo adorábamos. Era precioso visitar el río un día sábado. Todas las muchachas lavando la ropa que se usó en la semana. Ese día el río estaba muy contento porque las personas hasta se mudaban allí, y había que llegar temprano si quería apartar un lugar más cómodo, más vistoso. Y los niños, descalzos en el agua, jugando con nuestro hermoso río. Y él allí, muy alegre, prestaba su rica y clara agua, la sombra de los árboles que crecían en sus orillas y una canción.
¡Sí! Una canción que producían sus aguas al chocar con las piedras. Era una música tan natural, que ya se hizo familiar a los oídos de todos. Era un sonido tan familiar, que pasaba desapercibido. Un sonido musical, que combinado con el canto de las aves, formaban una hermosa sinfonía que ahora resulta casi indescriptible. Ese era mi río.
Y hoy, mi río es un lánguido camino con más piedras que agua. Porque lo han secado, porque no lo quieren, y no saben que si desaparece el río por completo, ¿quien puede asegurar que también no va a desaparecer el pueblo mismo? Tiene lógica. Los pueblos fueron fundados cerca de un río, o cerca de una fuente de vida, porque el agua es sinónimo de vida.
Lo vi... y no podía creerlo. El río de mi ayer, estaba moribundo y triste.
¡CÓMO SE MATA UN RÍO!
1.- EXCESIVA EXTRACCIÓN DE ARENA Y CASCAJOS.
2.- ABUNDANTES CANALES DE RIEGOS O REGOLAS.
3.-TALAS INDISCRIMINADAS DE ÁRBOLES EN LAS CERCANÍAS DE SU NACIMIENTO.
4.- AL SER USADO COMO DEPÓSITO DE BASURA Y CLOACA.
5.- INCENDIOS DE BOSQUES QUE CAUSAN SEQUÍAS PROLONGADAS A CAUSA DE LA AUSENCIA DE LLUVIA.
(Tu comentario a hondovallesur@hotmail.com)

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