jueves, 23 de diciembre de 2010

ANÉCDOTAS DEL SUR PROFUNDO

¡El Frío que nunca llegó!

Corría la mitad de década de los años ochentas y Hondo Valle seguía siendo uno de los destinos preferidos para ir de vacaciones.

El fresco clima hacía de Hondo Valle una plaza exquisita para darle al cuerpo un respiro del ardiente calor de Santo Domingo y pueblos adyacentes.
Debido a las agradables razones climáticas, los hondovalleros que residían en ciudadades lejanas a su lar nativo, siempre han hablado a otros de las características que rodea al pueblo en cuanto a temperaturas frías se refiere.
Cientos de personas han visitado a lo largo de los años nuestra tierra, atraídos por lo que han escuchado de que Hondo Valle es un hermoso y frío pueblo encumbrado en las montañas de la Sierra de Neyba.
Es una costumbre que los ausentes aprovechen cualquier tiempo libre en el trabajo o en los centros de estudios, para visitar su terruño querido y de paso hacerse acompañar por amigos curiosos por sentir el aire helado del que tanto han oído hablar.
Sinembargo esta vez fue diferente… Era un diciembre del año de 1985 o 1986, cuando el ingeniero Angel Manuel Segura, se decidió a llevar a unos amigos desde la Capital dominicana, porque ellos querían experimentar “un frío de verdad”. Una temperatura diametralmente opuesta a las altas temperaturas del Distrito Nacional.
Y yo que coincidí con ellos ese diciembre, recuerdo perfectamente la escena. Eran talvez las once de la mañana y había un grupo de jóvenes conversando en el parque debajo de una mata de laurel, frente al Ayuntamiento viejo y el Juzgado de Paz.
Allí me llamó Angel Manuel para presentarme a sus amigos visitantes, quienes llevaban ya unos tres días en el pueblo. “Ellos vinieron a disfrutar del intenso frío del mes de dicembre”, me dijo.
¡Pero! ¿Usted podría creer esto? Resulta que inexplicablemente ese diciembre no hizo frío en Hondo Valle. Y es verdad… yo estuve allí…
Y entre relajos y cherchas de grupo, analizábamos alegremente las posibles razones, y entre otras cosas mencionamos, el calentamiento global, la deforestación, los incendios forestales, el monóxido de carbono, y hasta la rotación de la tierra.
En fin aquellos visitantes se quedaron con las ansias de enfrentarse al duro frío de Hondo Valle, y no pudieron utilizar sus abrigos y otras prendas de vestir calientes. Porque eso sí, los muchachos fueron bien preparados. Pero, el frío también se tomó unas vacaciones.
Los huéspedes amigos se quedaron con las ganas de sentir nuestra agradable y fría temperatura invernal.
Pero, de lo que no se perdieron los visitantes, fue del calor humano de los hondovallenses ni de las agradables reuniones para comer y tomarse unos traguitos... mucho menos se perdieron del verdor montañoso que rodea a nuestro pueblo.
Al final, ellos quedaron satisfechos y prometieron volver para cuando hiciera frío. Porque esa vez, el frío brilló por su ausencia.
Feliciano Liranzo. hondovallesur@hotmail.com

*En la fotografía: una vista del acogedor y hermoso pueblo de Hondo Valle. (Hova Imagen)

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